BFCLEO00033-H-100000000000000
169 Fray Emiliano de Cantalapiedra r······· •••••••••••••••••••••••••••·•········••••••···••·•••••••• Al llegar a la estaciónmisional de laVirgen del Camino, enel Shukumo, rezamos una Salve ante la imagen de la Madre de Dios y descansamos media hora. Nos despedimos de los yukpas que allí vivían y seguimos. No habíamos recorrido tres kilómetros cuando el P. Félix se apea de la mula porque ya no podía más. Yo dejé al padre -que tenía 65 años- con los yukpas que nos acompañaban y fui a la misión a buscar un vehículo para llevar al padre. Mientras tanto algunos yukpas fueron, por su cuenta, al conuco de Nemesio Anane, que estaba allí cerca. Nemesio, como siempre, vino enseguida, con todos los suyos, a ofrecerse para lo que hiciera falta. Buen conversador, como era, entretuvo al padre y le hizo compañía hasta que llegó Manuel Ubirichi con la camioneta y nos llevó a todos al Tukuko, antes de que anocheciera por completo. Regresé a Machiques para preparar las fiestas de diciembre: la Inmaculada, Misas de Aguinaldo y Fin de Año. Así terminó al año 1964. El año siguiente no tuvo muchas cosas especiales, excepto la gran Misión que predicaron los padres redentoristas de Maracaibo. Vinieron alrededor de catorce predicadores, durante el mes de abril, y predicaron por todo Perijá. En Machiques sólo había una parroquia, la Catedral, y ésta fue el centro. La clausura se hizo en la plaza Bolívar, delante de la Catedral, porque la gente no cabía en ella. Después vendría el mes de mayo y el de junio, con una gran cantidad de Primeras Comuniones. En Junio, como siempre se celebró con mucha solemnidad la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Lo verdaderamente agotador fueron las Fiestas Patronales de la Virgen del Carmen, por el ajetreo que había en la sacristía, en la Iglesia, en la cocina y en la portería.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz