BFCLEO00033-H-100000000000000
152 •••••••• \ .1::1:~.1!!?.~~q-~ ....................................... . toda la problemática. Llegaron admirados y conmovidos por la tragedia que sucedió entre Santa Rosa y San Antonio de Bachichida. También les llamó la atención, lo bien que los yukpas protegían y ayudaban a los barí. Naturalmente, pudieron palpar, la labor de los misioneros capuchinos y darse cuenta de la cantidad de calumnias levantadas contra ellos sin ningún fundamento. La visita tuvo lugar el día dieciocho, desde muy de mañana todos empezamos a preparar las cosas para que los visitantes las encontraran lo más acogedoras posibles. Una de las cosas que se hizo, y con el mayor interés, fue limpiar bien el camino desde muy lejos, para que así fuese más fácil transitar por él. Pero como dice el refrán: "Aunque la mona se vista de seda..." Así pasó en esta ocasión. Aunque quisimos dejarlo bien, aunque quedó mejor que antes, todavía estaba de aupa. Todo ello agravado por la lluvia que cayó esa noche, haciendo crecer el río. Aunque peor había estado otras veces. También los cocineros fuimos preparando las comida, el cazador salió a cazar más pronto que nunca y regresó más pronto. Pero los visitantes tardaban mucho en llegar. Un servidor, ya cayendo la tarde y, a pie pero a paso ligero, saló a su encuentro esperando que estuvieran cerca de nosotros. Al ver que no era así, seguí para adelante hasta que logré encontrarme con ellos que venían bastante estropeados. Monseñor Roa había dejado su mula porque se le hizo imposible seguir con ella y a pie le iba mejor. La noche ahí mismo se nos echó encima, pero yo iba preparado con un foco y así nos defendimos. Monseñor Roa no dejaba de exclamar: "¡Pero, por qué se han metido tan lejos y sin camino! Aquí debían venir y ver como viven ustedes". Por fin llegamos al río. Estaba crecido, un gran árbol caído sobre el río servía de puente, Monseñor Roa se decidió a pasar agarrado a mi mano.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz