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139 Fray Emiliano de Cantalapiedra ;·--····· ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• Rápido subo al caballo y me lanzo a todo galope, todavía adelanto a los yukpas que van de último. Van corriendo y me gritan que me baje del caballo, que las balas pasaban ya por encima de nuestras cabezas. ¡Ya los disparos no eran al aire! Estaba llegando al corral. Antes de bajar del caballo veo a unos yukpas que van persiguiendo a un grupo de braceros de la hacienda, a pesar de que éstos estaban bien armados y los yukpas sólo llevaban flechas y alguna escopeta y los machetes de trabajo. Por fin bajo del caballo, estaba muy asustado, la paja estaba altísima y el sol arreciaba con ganas. En esos momentos llegó a mis oídos una frase terrible: "Fray, mataron a Pete". Quedé paralizado, sin saber lo que pasaba. Rápido me repuse y salí corriendo al lugar de la tragedia: ¡Un muerto y tres heridos! Algunos de gravedad. ¡Han matado a Pete! Me contaron lo que pasó: los braceros de la hacienda, después del ordeño se quedaron allí y vino el enfrentamiento. ¿Fue intencional? ¿Simple casualidad? Ciertamente la hostilidad era permanente y el deseo de impedir el trabajo era evidente. No habían terminado los yukpas de hablar y en esto oigomás disparos. ¿Qué pasa? Pregunto. En la desbandada un pobre bracero se rezagó y al querer saltar la cerca lo vio un yukpa y le disparó, siendo secundado por otro. El pobre hombre murió en el acto. ¡Que Dios lo tenga en el cielo! Aparte de este muerto hubo varios heridos de flechas. De rodillas recé por el alma de Pete y lo encomendé al Señor. Examiné a los heridos (Rochi tenía fracturada la clavícula, Sentape tenía herida una pierna y Makre traspasado un muslo, todas heridas de bala) y habilitamos las bestias para llevarlos inmediatamente al Tukuko. Antes de alejarme del sitio me cercioré de que el bracero caído estaba muerto, porque si estaba con vida había que auxiliarlo. Arrancamos del terrible sitio de la tragedia. Me doy cuenta de que faltan yukpas. Todos estamos nerviosos y tensos, los yukpas que van conmigo no pueden ver nada que se mueve porque enseguida se sobresaltan. Están muy dolidos por la muerte de Pete y desean vengarse.

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