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138 •••••••• \ . M~!!!~.1:~q~ ......................................... el hacendado nunca permitiría que el trabajo se concluyera. El P. Jano se marchó todo preocupado. Entramos en la última semana de Adviento y ya está próxima la Nochebuena y la Navidad. Más que nunca ahora, rezábamos fervorosos nuestra oración de la mañana y nuestro rosario de la tarde. Había que ver cómo nuestro buen Abel Pete contestaba el rezo de cada Avemaría y cada Padrenuestro y, casi todo el tiempo lo hacia mirando hacia el cielo. Dos días antes de su muerte les dijo a sus compañeros que ya poco lo iba a rezar, porque iba a morir pronto. Nadie le dio mayor importancia a sus palabras. Sólo después se entendió lo que decía. Como en la estación misional de San José de Ogdebiá había cuatro yukpas y cuatro barí y algunas familias barí, decidí ir a invitarlos para que pasásemos juntos los días de Navidad y Nochebuena. De la Misión del Tukuko nos habían mandado los aguinaldos para celebrar la fiesta. La tensión era cada vez más fuerte, pero esperábamos pasarlo bien con la ayuda de Dios. LA HORA DEL MARTIRIO El día 21 de diciembre de 1961, como a las ocho de la mañana partimos para Ogdebiá, Abel Pete y un servidor. Los yukpas trabajadores nos quisieron acompañar el trecho, hasta su lugar de trabajo. Yo quería ir por el camino nuevo que habíamos hecho, pero los yukpas se empeñaron en ir por el camino general, que era más corto y mejor, por otra parte pensaban que en el corral, que estaba en medio camino, ya no estaban ordeñando y que no habría nadie de la hacienda. Los primeros en salir fuimos Abel Pete y yo. Desde que estábamos en la estación misional de santa Rosa, siempre andaba Pete al lado mío y con la escopeta al hombro, decía que me tenía que cuidar. Por eso Pete decidió que iba conmigo a Ogdebiá. Durante un largo trecho fuimos juntos. En un momento determinado me retiré del camino y me retrasé un poco por una urgencia personal. Cuál no sería mi sorpresa, que a poco siento unos disparos y más disparos. ¡Entonces sí había braceros en el corral de la hacienda!

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