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124 ········\.M~.1!1:?.r/q~ ....................................... .. comida, machetes, cuchillos... Esas cosas que nosotros sabíamos que tanto necesitaban. Aquí colocábamos fotos de los misioneros, de los yukpas, de la Misión del Tukuko... Ahora ¡Qué distintas son las cosas! Los barí son amigos de los yukpas y de los misioneros. Van y vienen, cuando quieren, sin problemas. Cuando necesitan algo lo buscan en el Tukuko... En este mismo galpón yo dormí muchas noches rodeado de alumnos internos y decía: ¡Cuándo podremos relacionarnos amigablemente con los barí! Esta noche hay barí durmiendo bajo el mismo techo que nosotros, formamos un solo grupo, tenemos el mismo ideal: engrandecer la motilonia. ¿Estoy soñando despierto? Antes de que fuera de día, un matrimonio yukpa que vivía allí, se levantó para prender el fogón, apenas empezó a salir la llama ya yo había traído una olla de agua del río para hacer el café. El agradable aroma fue despertando a la gente y poco a poco fueron acercándose a buscar su pocillo de café, bien caliente, que tan bien caía en esta fresca mañana. Mientras estaba listo el desayuno se preparó la carga que se iba a llevar. Nuestro cocinero era uno de los internos mayores que lo hacia muy responsablemente. Desayunamos y, comienza el desfile de uno en uno. Tenía que ser así pues el camino es demasiado estrecho y lleno de maleza a ambos lados. Los mayores llevaban cada cual su lámina, el peso no era excesivo, sí lo era la incomodidad. Pero los yukpas tienen mucha paciencia y eso es lo que aquí hacia falta. Con anticipación se adelantó el cocinero para preparar el almuerzo en la estación misional de Santa Rosa, junto al río Kishashamo. Allí haríamos una parada. Eran once kilómetros de camino. Los medianos, que llevaban entre dos una lámina de zinc, se adelantaron a todos y, sin esperar a nadie, empezaron a comer y se comieron la comida de todos. El pobre cocinero tuvo que hacer más comida y los que veníamos detrás llegamos, a esperar, que acabara de cocinarse. Los muchachos no tenían problema pues pasaron el rato retozando y chapoteando en el río. Al final todos comimos muy bien.
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