BFCLEO00033-H-100000000000000
121 Fray Emiliano de Cantalapiedra j" ••••.. • ......................................................... nosotros usábamos. En la última quincena de agosto determiné ir al Tukuko y hablar con un albañil que acababa de terminar un trabajo en la Misión y estaba disponible. Después de decirle qué tenía yo en mente y él dar su opinión, las hermanas de la Misión hicieron sus sugerencias y dieron el visto bueno. Hicimos un plano sencillísimo -por favor, perdonen esta exageración-. Nos pusimos de acuerdo sobre el costo de la obra y demás detalles. ¡Dicho y hecho! Al día siguiente nos pusimos en camino. Menos mal que el albañil era una persona humilde y, era capaz de acomodarse a las dificultades y penurias que tendría que afrontar en la selva motilona. Ya la ida le diría algo: el largo camino de cuarenta kilómetros, en su mayor parte inaccesible a los carros; pasar los ríos Totayonto, Shukumo, Kishashamo, Bachichida y Ogdebiá, sin puentes, todos ellos de respetable tamaño. El viaje fue especialmente penoso por los barrizales y charcos que había. Íbamos tres caminantes contentos y animosos, detrás de la dos mulas que llevábamos. Una cargada de comida y otra con las herramientas y utensilios que utilizaría el albañil. Llegamos a Ogdebiá con las mulas bien cansadas y con barro hasta las orejas. Nosotros, por supuesto, llegamos mucho peor. Algunos teníamos buenos golpes que nos dimos al saltar las piedras para pasar los ríos y quebradas, parecían pequeños ríos. Pero ¡Gracias a Dios! Ya estábamos en casa. Lo primero que hicimos fue visitar al Señor Sacramentado y decirle: ¡Aquí estamos de nuevo! Después nos dimos un buen baño en el río y le sacamos a la ropa el barro para que no se pegara... El nuevo día amanece claro y alegre, lleno de luz de sol, del canto de los pájaros y el "chichirreo" de tantos animalitos como había por allí, andando la mañana, todos guardarían silencio, hasta la puesta del sol. Es como si fuera la coral que saludaba y despedía al sol, cada día. Hicimos nuestras acostumbradas oraciones, desayunamos y, cada cual se fue a su trabajo.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz