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120 .. •••••• •• .. Memorias ········•·•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• de que volvieran a por ellos. En el segundo viaje fui yo con unos quince barí enfermos que iban a la Misión en busca de medicinas. Aún tuvo que hacer otro viaje el bueno del chofer para llevar los que quedaban. Este buen yukpa, generoso, valiente y sensible al dolor de los demás venía por el camino respondiendo al rosario que yo rezaba en voz alta. Su problema era poder hacer todos los viajes que hiciera falta y que el jeep no se averiara. La Buena Madre, oyó nuestras súplicas y todo se hizo eficaz y oportunamente para bien de los barí enfermos. Si se fueran a escribir todos los favores y beneficios que esta Buena Guardiana de los yukpas y barí, ha hecho a estos valerosos hijos de la selva se llenarían libros y libros. Amedida que llegaban los enfermos a laMisión, la hermana enfermera los iba atendiendo. Fue preciso solicitar la ayuda de otra hermana porque una no daba abasto. Era un hermoso espectáculo de caridad: ¡Todos resultaban incansables, trabajando a destajo y sin paga! Esto era simple rutina: estar todo el mundo disponible, a la orden de los hermanos barí necesitados. Esta acogida creó confianza y cariño y, también, un equívoco. Los barí acabaron creyendo que en todas partes los tratarían así. Por eso, y por curiosidad innata, muchos abandonaron, por bastante tiempo, su sitio y se fueron lejos. Mientras tanto sus viviendas se estropearon mucho y, alguna, se vino abajo; las plantaciones fueron invadidas por la maleza, casi se perdieron. Precisamente, una de las metas de estos primeros tiempos en Ogdebiá era restaurar "los sitios" para que, los que volvían desengañados, se pudieran establecer allí, nuevamente, donde vivieron siempre hasta su expulsión de ese lugar. Si queríamos que San José de Ogdebiá fuera, con el tiempo, el Centro Misional para los barí, era preciso ir pensando en construir una vivienda para las hermanas misioneras. Su presencia era insustituible y además tanto ellas como los barí querían establecerse en la motilonia. La vivienda, en un principio, sería sencilla, algo parecida a la que ya