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117 Fray Emiliano de Cantalapiedra j" •••.. •• Con madera del viejo altar que tenían las hermanas de santa Ana en el colegio San Antonio de Maracaibo, hicimos, delante de la capilla, un hermoso campanario, allí, a modo de campana, pusimos un cacharro que golpeábamos con un hierro. Cada mañana sonaba el perol llamando a la oración de la mañana. Antes ya estaba lista la fogata donde hervir el café y hacer el desayuno que tenía que ser abundante. Entre ambos teníamos el encuentro con Jesucristo Sacramentado. Después cada cual a su trabajo. También, ahora, se unían mujeres y niños barí, que iban a los conucos abandonados por ellos cuando huyeron de la zona, escarbando y con paciencia encontraban buenos menures de yuca. Era un gozo ver regresar a las mujeres, con todos sus hijos, los más pequeños encima de los menores, trayendo comida. Víctor Osareta seguía siendo nuestro cazador oficial; su escopeta y sus perros nos proveyeron de muchos paujíes, pavas, gallinas de monte, aparte de las lapas y picures. Si por la mañana la rutina era uniforme, también lo era por las tardes: llegábamos del trabajo, nos cambiábamos la ropa después del baño y, cenábamos abundantemente, sólo hacíamos dos comidas al día, corno los barí. Cuando sonaba la campana, todos íbamos a la capilla, rezábamos el ángelus y el rosario. Éste lo dirigían los jóvenes yukpas que lo hacían muy bien. Después todos íbamos al descanso, muy agradable, por el fresco de la noche y el silencio de la selva. Lógicamente, el cazador, o los cazadores, tenían muchas veces que salir a cazar de noche. Cada mañana se organizaban los grupos de trabajo; los macheteros, los que estaban haciendo las tumbas, los que limpiaban los conucos abandonados de los barí, para recuperarlos. En casa quedaban los cocineros y los carpinteros, al frente de los cuales estaba Emilio Jorgito. Las mujeres iban a rastrear en los conucos, abandonados, anteriormente explicamos por qué, y traían comida y leña para la cocina. Estaban también los pequeños trabajos de la casa: cortar la leña para el fogón, el aseo interior y exterior de la viviendas, traer agua del río.