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116 •••••••• \ . M~: 1 :f'!.~~q~ ......................................... ser muchos uno se sentía solo. Faltaba algo. Faltaba la presencia del fiel compañero que nunca nos deja solos, que siempre está con nosotros. El P. Adolfo, muy razonablemente dudaba de dejar el Santísimo por miedo a profanaciones. Yo insistía en garantizar que todos íbamos a cuidar mucho a nuestro sagrario, que lo íbamos a visitar mucho, que estaríamos pendientes de él, etc. El no se atrevía. Yo, finalmente, le dije que si no nos dejaba reservado en el sagrario, yo me iría de allí inmediatamente. Que ya me era difícil pasar días y días sin la Santa Misa y la comunión y, encima, sin la compañía del Señor Sacramentado. Con el Santísimo en casa dábamos un paso más: ya no era la simple cruz, grande y hermosa, que presidía nuestro pequeño poblado de Bachichida, ante la cual reverente repetíamos "te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu santa cruz redimiste al mundo", ahora teníamos la dicha de tener, bajo nuestro mismo techo, en un pequeño y bonito sagrario, a nuestro Señor Sacramentado. ¡Ahora si era nuestro gozo y contento completo y contínuo! Aquí nos sentíamos más felices que nunca, cuando entrábamos por la mañanita, aún oscuro, cuando la lámpara del Santísimo brillaba en todo su esplendor, para dar los buenos días a nuestro Señor, pedir sus gracias y bendiciones. Con la certeza de recibirlas, hacíamos nuestro ofrecimiento de obras, rezábamos elÁngelus, leíamos una página del evangelio y, por último, rezábamos una estación al Santísimo y una comunión espiritual. Terminábamos con una salve a nuestra Madre del cielo. Como diría el salmista: salíamos contentos a recorrer el camino que él (Jesús Sacramentado) nos tenia preparados. Nuestro trabajo se hacia pensando en una construcción definitiva, o al menos, para mucho tiempo. Los primeros meses empezamos a cosechar el maíz y la yuca, sembrados cuando vivíamos en Bachichida. También empezaron a establecerse de forma definitiva varias familias barí. La población aumentaba y el consumo de comida también, pues la comida se hacía para todos.

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