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113 Fray Emiliano de Cantalapiedra ¡········ ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• tan anchos que podíamos movernos de un lado para otro y levantar los brazos y la cabeza, sin chocar con el techo o con otra persona, como hasta ahora. Cada uno tenía su espacio, sobre todo para colgar su hamaca y no dormir en el suelo, por falta de colgaderos. Ya nos sentíamos felices en esta vivienda de doce metros de largo por ocho de ancho y, casi tres de alto, y eso en la parte más baja, que en el caballete había más de cinco. Teníamos un buen techo de laminas de zinc, paredes de palos verticales bien unidos con alambre y, sobre todo el piso de cemento, bien puesto, que daba gusto verlo y pisar en el. Sin embargo cuando llovía con viento entraba el agua por las paredes y había que apartarse de ellas hasta que escampara. Menos mal que esto no era frecuente. En resumen: se estaba bastante bien en esta nueva vivienda tanto de día como de noche. Pero esta casa, era el principio. Había que hacermás viviendas, porque, por ejemplo, no se podía alojar a los barí que, en grupos pasaban por allí. Por esto se empezó a hacer otra vivienda de parecidas dimensiones, pero sin piso de cemento, en espera de que este se pudiera traer desde el Tukuko. De todas maneras, los barí varones cuando iban solos se hospedaban en nuestra casa, quedando en la otra las familias con su carga de niños que lloraban y hacían bulla. Hicimos también un pequeño rancho con techo de palma para cocina y comedor; como en Bachichida, los estantes, las mesas, las bancas, etc. se hicieron de madera, de forma muy rustica. La mesa era un lujo de tamaño, comíamos en ella muy cómodos. De esta forma fuimos servidos de nuestra madre naturaleza hasta que pudiéramos tener otra cosa mejor. También se hizo un rancho para guardar las cosas que teníamos depositadas, desde el principio, en San Antonio de Bachichida con el fin de traerlas aquí, a Ogdebiá, y emplearlas todas pronto. Principalmente eran importantes las tablas y listones que, aprovechando el camino aun transitable, se trajeron del Tukuko en los meses de abril y mayo.