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¿Habrá sido demasiado duro? He aquí el corazón hermoso de Alejandro que ese mismo día escribe a su hermano, P. Domingo, y le dice: •... Bueno, acabo de es– cribir al Padre Provincial una carta pidiéndole, al mis– mo tiempo, disculpas porque me parece que va muy du– ra; te mando una copia para tu información personal para que me digas si estoy muy equivocado o quizás pa– ra que veas que me ha cogido un momento de cansan– cio o de prejuicios infundandos·. Sea lo que sea de aquel momento, sea lo que sea de unos u otros criterios sobre la oportunidad de China, lo claro y límpido es que Alejandro Labaka Ugarte, todo un Obispo, es un misionero de corazón universal. * * * Escribiendo esta biografía llega a mis manos un do– cumento revelador que, en plena coherencia con cuanto vamos diciendo, nos da la clave profunda para enten– derle a Alejandro Vicario Apostólico que tiene a China como parte de su carisma. El día 15 de Septiembre de 1984, en la carta de aceptación del ministerio de Vicario Apostólico de Aguarico, dirigida al Papa, escribe: Quiero confiar a Su Santidad el siguiente ruego: mi primer amor misionero fue la Iglesia de Pingliang en la provincia de Kansu, China, de donde fui expul– sado en I 953. En cuanto las puertas de esa gran na– ción se ·abran al Evangelio, dígnese enviarme a China como simple misionero. Está claro: China, concretamente China, forma parte del carisma misionero de Alejandro y este punto preciso parece que pertenece a la herencia espiritual que él deja en la tierra. 215
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