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y adecuadas para la tenencia legalizada de sus tierras y para organiz.arse para poder ser artífices de su pro– pia promoción económica, social y religiosa. Es urgente, por otra parte, organiz.ar una coloniza– ción más ordenada y adecuada,respetando los dere– chos de los colonos y grupos étnicos primitivos y en justo y acogedor equilibrio con las necesidades de los hermanos verdaderamente necesitados y que ampara– dos por leyes justas vienen a formar un único pueblo y una nueva civilización de amor, basada en la justi– cia, participación y comunión de hermanos en nues– tro Oriente. Como humilde servidor de esta Iglesia quiero invi– taros a todos a trabajar con esperanza y alegría en la formación del reino de Dios sobre la tierra. Pronunció su homilía teniendo a la vista unas hojas escritas, que fueron a parar al Boletín del Vicariato. Pe– ro hubo un párrafo no escrito ni transcrito, que quedó registrado en el magnetófono, y que tiene su significado muy peculiar. En aquel momento le vino al recuerdo lo que latía en él como vida profunda: la misión de China, Misión del Señor Jesús. Y a ella se refirió cuando pidió esta gracia que: pueda volver a su Misión de China (misión del Señor), a Pingliang, con sacerdotes y agentes de pasto– ral de esta Iglesia de Aguarico. Hermanos, pidamos porque de tanto soñar y tanto pedir, quizás, los sueños se vuelvan realidad. Fueron aquellos días intensísimos. A su querido her– mano Txomin (P. Domingo) que por enfermedad no ha– bía podido acudir al Aguarico para la ordenación epis– copal de Alejandro, le escribía: "Ha constituido un 'er– dadero acontecimiento en nuestra Iglesia de Aguar ico ~ verdaderamente el Señor ha hecho maravillas estos días, sirviéndose de todos los misioneros, misioneras y fiele5 de Aguarico. os sentimos todos muy agradecidos al Señor" (14-XID. 200

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