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tiempos, fue desglosado menudamente en una serie de netos compromisos y acciones concretas -las dos co– sas- que se estructuraban en varios apartados: educa– ción y juventud; Organizaciones Populares; evangeliza– ción-catequesis; minorías étnicas; Comunidades Eclesia– les de Base; promoción y formación de seglares, entre estos últimos los catequistas, los promotores de salud, las mujeres, los misioneros y animadores. Esta es la Iglesia de Aguarico, que nace fresca y llena de esperanza. El día de la ordenación episcopal Llegó el día de la ordenación. No sería en la fiesta del Patrono de las misiones, S. Francisco Javier, sino el 9 de Diciembre, II domingo de Adviento. ¿Por qué esta fecha? Ocurrió que en aqueUos días eran consagrados tres nuevos obispos en Ecuador: el de Ibarra, el del con– tiguo Vicariato de Sucumbíos, que era el carmelita Mons. Gonzalo López, hasta ahora Prefecto Apostólico, y el de Aguarico. Mons. Gonzalo fue ordenado obispo en Lago Agrio el día de la Inmaculada. Para el día siguiente los obispos se trasladaron a Coca. Los altoparlantes lanzaban campanas al aire, las campanas de la torre parroquial de Beizama. Avanzaban veinte obispos, entre los que descollaba el anciano y barbado Mons. Maximiliano Spiller, josefino, Vicario Apostólico dimisionario del I\apo. Anciano y enfermo, lo habían trasladado de Tena. Mons. Labaka, para signifi– car la filiación y continuidad de la obra misionera, ha– bía querido que el consagrante principal fuera Mons. Spiller, pues siendo este el prelado del Napo, se había hecho la desmembración de Aguarico de aquel territo– rio. Le asistirían los recién ordenados obispos de !barra y de Lago Agrío. De enorme colorido y gran emotividad fue el mo– mento de las ofrendas. El cronista de la fiesta, Miguel Angel Cabodevilla, se despacha así: "Y el estallido popular de las ofrendas; era de ver Ja 197

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