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Indígenas y religiosas con los Huaorani En la idea de Iglesia nativa que tiene el P. Alejandro hay que subrayar la participacción de los nativos como agentes de pastoral. Alejandro tiene una gran confianza de que la Iglesia ha de surgir de la propia vitalidad de los nativos. He aquí lo que pasaba un tiempo después de la muerte de los tres trabajadores. Estamos en julio de 1978, cuando los preparativos del segundo viaje por el rio Yasuní rumbo a los Huaorani. "Tras varias reuniones con los misioneros del ILV y ateniéndonos a sus insinuaciones de prudencia en las visitas al grupo, hemos pasado más de un año sin hacer ninguna a los Huaorani. En el mes de julio, previa la autorización de los Superiores, nos decidimos a hacer una visita corta, en plan de reanudar las relaciones de buena amistad. La mayoría de la gente común considera el intento una temeridad, con peligro de nuestras vidas. Solo Mariano Grefa está dispuesto a acompañarme. Los Padres Manuel y José Miguel están gozando de vacacio– nes en España, y aviso a Mariano que me busque algún otro voluntario. En plena asamblea dominical de Pom– peya expone Mariano el plan con fervor misionero. Oto– rino Coquinche se siente llamado por Dios y se decide a acompañarnos, consciente de los peligros y atraído por el ideal. El día 29 de julio llegaron a Nuevo Rocafuerte y en las misas del siguiente día animan a los fieles a in– teresarse por esta misión, pero no insistimos mucho pa– ra no violentar voluntades. El día primero de agosto, a las 8.45 de la mañana, salíamos de Nuevo Rocafuerte" (Crónica Huaorani, 99). Subieron por el Yasuní y llegaron a la confluencia del Dicaron y Cahuimeno. Al final de este viaje hay un acontecimiento importante para sucesivas expediciones: ¿Cohueore onquia dinyae? (¿Qué nos dices de las mujeres extranjeras?). •... nos encontramos de nuevo con toda la familia Cai, que ha venido a despedirse de nosotros. Poco tene– mos que recoger para ponernos en marcha; pero antes 153

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