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verenci.a. besó por tres veces mi crucifijo. Quise que me repitiera en Huao esa palabra ·creador•; no me entendió y se fue, dejándome profundamente emocio– nado y pensativo. ¿Aceptación inicial del Dios desconocido? Creo que s~ y esto hizo brotar una oración desde el fondo de mi alma (Crónica Huaoran~ 64-65). Visitas sucesivas del Capitán Memo Continuamos con la historia de las Aucas, de 1os últimos Huaorani·. Pero nos es imposible seguirle a Ale– jandro año tras año. Seríamos demasiado prolijos para la finalidad que persigue esta semblanza de nuestros misioneros. Alejandro en sus entradas a los Huaorani es el Capi– tán Memo o también el Capitán Alex o Arex. Memo en la lengua de ellos es una palabra de cercanía y fraternidad: hermano, amigo... Capitán es una palabra sonora, y sin duda -habrán de pensar los Huaorani- tiene que signi– ficar algo importante. Alejandro es el Capitán y no ha~ otro Capitán que él. Alejandro es, por tanto, el Jefe, el Principal de todos los visitantes. El apodo· le nació de aquel primer encuentro del 9 de agosto. Alejandro prosigue sus visitas. Muchas veces le han preguntado: "¿Para qué van hacia las Aucas? ¿Acaso po– drán predicarles? ¿Qué pretenden ustedesr (Crónica Huaoraní, 114). Y la respuesta de Alejandro, que podría servir de frontispicio para esta biografía, es la siguiente: 148 Sencillamente: queremos visitarles como henna– nos. Es un signo de amor, con un respeto profundo hacia su situación cultural y religiosa. Queremos con– vivir amistosamente con ellos, procurando descubnr con ellos las semillas del Verbo, insertadas en su cul– tura y en sus costumbres. Nada podemos decirles ni pretendemos. Solo queremos vivir un capítulo de la vida Huaoran~ bajo la mirada de un Ser Creador que nos ha hecho hennanos (Crónica Huaoran~ 114).

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