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Buganey, con la mayor naturalidad del mundo, se quita la ropa y va a la fuente y a bañarse al río. A la vuelta coge el hacha para preparar leña para el fogón. Alejan– dro trae una inquietud: ver cómo integrarse en una fa– milia Huaorani. Esta es la ocasión: se ofrece a ayudarle a la mujer. Ella le señala el tronco que debe cortar. "Después, viéndome todo sudado, me hace ademán de que puedo ir a bañrume. Me cambio de pantalón delante de ella, como ella ha hecho antes delante de mí, pero con la diferencia de que me quedo con la pantaloneta de baño y me falta la sencillez, la seguridad y confianza que ella ha demostra– do tener antes en sí misma y en mí. Invita a sus hijos a acompañarme al baño y nos encarga la ollita para traer el agua. En la fuente me decido a imitar a Buganey, desnu– dándome y haciendo que el niño mayorcito me eche el agua para refrescarme; después yo lo hago con los dos niños, mientras la angelical Conta contempla sonriente la escenan(54). Al atardecer llega Ompura, el marido, con su botín de cazador. tres ardillas y una lora, que han caído al so– plo de la cerbatana. Antes de terminar la jornada, tras incidentes que no es del caso referir, han llegado jadeantes Peigo, Araba, Quemomuni, Huane y Yacata. Todos van a dormir en el mismo bohío. "La noche estuvo muy animada con rela– tos, cuentos y gritos. Esta noche tomó muchas veces la palabra Buganey, ora refiriendo los acontecimientos del día, ora otros relatos que no acertaba a distinguir, pero que todos escuchaban con mucha atención, celebrando a veces alborozados sus gracias. A medianoche, por la madrugada y al amanecer entonó y cantó las letanías su esposo Ompura. También me invitaron a cantar e inten– té aprovechar cada oportunidad para hacer de mi canto una oración" (55). El día 3 recibe la visita de sus padres Inihua y Pa– hua "Mi madre Pahua me saluda, hablándome emocio– nada, manifestándome la sinceridad de sus sentimientos maternales; mi padre Inihua, pocas palabras, pero un 143

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