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Inés, terciaria capuchina Las Lauritas, fundadas por la Madre Laura Montoya, colombiana, llamada por sus escritos y fundaciones la Teresa de América, han conseguido una bien merecida fama en su dedicación a los núcleos indígenas. En este punto han sido de una intrepidez evangélica admirable. Digamos también que otra mujer colombiana, Dobeiba, fue la primera mujer que entró en la selva colombiana, cuando esta empresa era toda una epopeya. Inés, que conoció a las Lauritas tan de cerca en su país, ya misionera en Aguarico, compartió con ellas las tareas de la misión. Pero Inés, quemada por dentro por la pasión misionera, no fue hermana laurita. Las cosas de Dios... El 17 de octubre de 1954 se cumplían exactamente cien años del nacimiento del fundador de las Terciarias y Terciarios Capuchinos, Padre Luis Amigó. Con este motivo se había preparado una solemne Eucaristía en Medellín, en la casa noviciado titulada "Getsemaní" lugar destinado también para casa provincial. Varios obispos iban a estar presentes, aparte de la concurrencia de ter– ciarias y terciarios. Fabiola invitó a Inés a esta Eucaris– tía; Cecilia entonces era novicia. Inés fue donde sus her– manas. Y hoy recordando escribe Cecilia: "En esta ceremonia iba a ingresar una joven. Ella (Inés) se dio cuenta y acudió donde la Madre Teresa de Sonsón, quien era la Provincial, y le pidió la recibiera. Ella le respondió que era imposible, que estaba muy jo– ven y que mi mamá no sabía nada. Siguió insistiendo hasta que la Madre llamó a Fabiola y le consultó. Deci– dieron entonces que ingresara y llamaron a casa a darle a mis padres esta noticia, quienes al instante corrieron presurosos para asistir a su ingreso..." Y en otra nota apunta la misma hermana: *Su ingreso fue a las 11.00 a.m. después de la Misa Solemne, en una sencilla cere– monia en la que se cantaba la Salve Regina, y luego el abrazo de toda la comunidad como señal de acogida en ella". "Desde este momento sólo pensaba en la misión; 113