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sionero colombiano en llegar a China-, un Franciscano, como también una religiosa Clarisa. Por parte de mi papá, dos tías religiosas: una Tercia– ria Capuchina y una Concepcionista. Pero en mi familia, por una gracia especial de Dios, somos un gran número de religiosos. Se ha hecho la cuenta de 90 por parte de la familia Arango, pero te– niendo presente que entre estos hay también por parte de Velásquez, ya que algunos somos parientes por am– bos lados·. Con este cuadro por delante no nos admira que el informe continúe relatando de esta manera: "En cuanto a nuestro hogar, podemos decir que fue modelo de pie– dad, fervor y religiosidad, ya que mis padres eran verda– deros cristianos, con un gran amor a la Virgen Dolorosa. Todos los problemas eran colocados en sus manos, me– diante el rezo de las cien visitas a Ntra. Sra. de las An– gustias. Todas las noches se rezaba el rosario y antes de ir a a la cama cada uno pedía la bendición y recomen– daba se le llamara para ir a Misa y así al día siguiente salíamos en compañía de los viejos a participar en la Eucaristía; mi papá hacía de monaguillo. El dia domin– go teníamos la asistencia al Catecismo parroquial, luego el paseo de fin de semana..:. En Navidad "no teníamos necesidad de invitados, ni de amigos, ya que eramos muy alegres y unidos, pero a pesar de todo nuestra casa se llenaba ya que mis padres eran muy apreciados por todos sus sobrinos y familia– res". De aquellos años de infancia anotamos la fecha de la Confirmación, el 6 de octubre de 1940, de manos del ar– zobispo de Medellin, Mons. Joaquín García Benítez. Re– cibió este sacramento junto con su hermana Cecilia; Inés tenía entonces tres años y medio. En primero de Infantil recibe la Primera Comunión, e] año 1944. Nos ha quedado la fotografía de la Primera Comunión. Inés tiene una cara redonda y llena de can– dor, más redondeada por la diadema que hace remate al cabello. Esa mirada fragante e inocente va de acuerdo con la azucena que la niña tiene en la mano derecha. 108