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Una oración a Dios Creador. Para las ocho de la mañana del día siguiente toda la familia Cai es– tá de nuevo en nuestro campamento. Desayunamos todos juntos. Como sigue lloviendo, aprovecho la circunstancia para hacer algu– na grabación. Entre ellas una, que creo tendrá especial importancia, y es Ja que se refiere al Creador: Pedí a Deta que me cantara algo del Creador, vacilando en la pronunciación de la palabra Huao; ella asoció la palabra pronunciada por mí con el Crucifijo que llevaba en mis via– jes anteriores y me preguntó qué había hecho de él. Pidió sugerencias a sus padres y me cantó una bella recitación sernitonada. Hacia el mediodía nos dirigimos todos en canoa hacia el partidero del grupo de Inihua. Desde ahí, Agnaento y Yacata nos conducirán por el camino, mientras sus padres y Oeta se regresan por el varadero a sus casas. Deta, con gracia femenina, toma un baño antes de despedirnos. Con toda facilidad y bajo una lluvia torrencial llegarnos a las casas en algo más de dos horas de caminar. Sale a nuestro encuentro todo el grupo, incluscrempura y Buganey. Sólo falta Nampahuoe, porque vi– ve más lejos. Nosotros, a causa de Ja lluvia, no hemos llevado apenas nada de los obsequios. El encuentro es francamente amistoso y anima– do, pero cuando se enteran de que hemos llegado en canoa y que allá hay más c9sas, quieren ponerse en seguida en camino para recibir los obsequios. Así lo hacemos, reconfortados con una taza de chicha que nos ofrece mi madre Pahua, después de haberme agradecido los colla– res que le he llevado. En menos de dos horas estamos en nuestro campamento "Huipo– re onco". Se hace el reparto de obsequios. Luego hay refresco para to– dos. Se cocina asimismo arroz para todos, en cantidad que nos parece suficiente. Después de cenar, Huimana quiere regresar a su casa, llevando los obsequios propios y los de las mujeres que no han venido, así como los de la familia Ompura-Buganey. Estos se hicieron presentes en el mo– mento de Ja recepción, pero después ompura desapareció. Mientras la canoa les llevaba a todos hasta el partidero de Nontue– no, me quedé solo con mi padre lnihua en el campamento. Me pidió que le cocinara más arroz y se lo hice; se comió dos platos bien colma– dos. Regresa la canoa con Huane, Araba, Agnaento y Yacata. La lluvia y el fresco les han abierto el apetito: piden que de nuevo cocinemos más arroz. 97

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