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solemne de un llamado HOGAR INTERNADO INFANTIL. Y todo gracias a las lirn,osnas que recoge de sus benefactores ma– drileños, pues no cuenta con nin– guna protección económica estatal. Sus únicas colaboradoras son las doce Misioneras Franciscanas del Suburbio, institución por él funda– da, que se encargan de atender a los Felices y alegres disfrutan estos nh1os de Jos juegos que para ellos se organizan pequel'íuelos, que ayer entraron por vez primera a ser dueños y señores de todas las instalaciones de su HOGAR. Et P. Laureano, que lleva ya va– rios años dedicado al apostolado del suburbio y de quien puede de– cirse que pasa por el mundo ha– ciendo el bien, estuvo a punto de llorar de emoción cuando ya se ha- bian despedido las autoridades, al olr los vivas entusiastas y cariño– sos que, con sinceridad, lanzaban al aire cincuenta gargantas infan– tiles. Acababan de ser recibidos por el fundador de una gran obra con sencillas palabras; poco des– pués, recogían su primera merien– da "verdad", bien rociada de re– frescos y pepsi-colas. Estos niños no pertenecen a un suburbio determinado, sino que el P . Laureano los ha recibido -entre siete y catorce años de eaad- del barrio de Las Carol.inas, Colonias de San Francisco, Cuevas de la Ri– bera del lVlanzanares, etc. Para él, todo pequeño que está delicado y vive en cobachas es acreedor a in– gresar, por un mes -¡son muchos 39

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