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. bd nosotros para nuestra mayor ruina la espada mis- ma con que se intenta la. de esas gentes. desati- nadas y ciegas. Así se lo dió á-conocer..en dis vina revelacion al estárico y venerable: Dionisio Rikel, en ocacion muy parecida'á la presente; de cuyas resultas escribió cen superior impulso una carta exhortatoria á los principes Christianos per» suadiéndoles con la mayor. eficacia y peso. de-ra= zones que antes de poner sus exércitos en cam-= paña , como lo debian hacer , trabajasen con todas sus fuerzas en reformar sus estados ,. y en quitar de ellos y de sus tropas los muchos vicios en que se hallaban. Pero la fé que profesamos nos basta: para co- mocerlo así, porque ella nos persuade esta obliga- cion y nos enseña juntamente queel:modo de aplacar á la divina justicia, 4 quien. mas que con la culpa. tenemos, con. nuestra. dureza de corazon exácerbada, no es -otro que el de una verdade-- ra penitencia: mas esta. para que sea grata yá nosotros provechosa, ha-.de ser pronta, universal permanente; porque qualquiera de estos requi» sitos que le falte, la hará inútil, infructuosa y aun reprehensible,-así. lo «han entendido siempre todos aquellos: que se han conducido .por. el espí- ritu de la religion, y que se han gobernado por sus máximas importantes. Esto fué lo que per» suadió Samuel al pueblo asegurándoles que si lo hiciesen serian libres de la opresion en que los te- nian los Philisteos, como en efecto así sucedió. (13) Esto-lo que-ejecutó en todo su reyno el Sto. y piadosísimo Josias Rey de Judá, sabedor de quan (13)..1 Reg. 7.

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