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(XXIX) ás Ó cfeer los hombres, que cera. Dios, ue asis murioren la Cruz. La: Cruz hu del lugar: infame ¿de los suplicios 4 fi- fise sobre la «frente «de los Monarcas;, y Anperadores; y -erijida: en- estandarte .real fi Imperio «de Jesu-Christo se «alistan baxo Je ella los Apostoles , los Martyres, los Con- hores, las Virgenes, millones de millones ¿Santos ,«con tanta fortaleza, y generosidad, eni la tribulacion, ni la angustia, ni la jimbre, ni la desnudez, ni el peligro, mila ecucion:, ni la espada, ni la vida, ni la fuerte, nada, mada es capaz de separarlos fl amor de Jesu-Christo. ] Aquella famosa estatua, que vio en sue- hs Nabucodonosor , compuesta de varios me: fs, que significaban las quatro principales marchias: del. Mundo, de Asirios, Persas , fiegos, y Romanos, fue derribada, y: des- geha por una piedra, cortada del monte sin finos , que dandole en los pies, la hizo Wazos 5 y creció tanto, que se elevó en higrande Monte, que ocupo toda la tierra. di lo que entienden todos los Doctores, asi breos, como Latinos el Reino de Jesu-Chris- ) quese avia de «estender, y dilatar por to- Dan. 2. |