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(45) Mas entre los fuertes apoyos , y “colúmnas firmes, con que en todos los siglos ha sos< 0 tenido el Señor á su Iglesia, ¿quién con £ % . nayor esclarecimiento la sostuvo en el siglo diez y ocho, que nuestro insigne Doctor Fray Diego Josef de Cádiz? ¡Há! Entre los apoyos de la Nave de-San Pedro tan hor- riblemente combatida en nuestros dias, no temamos cotocarle por un prodigio , ya por la sublimidad de su sabiduria, ya por la in- mensa gloria que de ella en bien de las al- mas á Dios ha resultado Sublimidad de sabiduria, Dot9 Dios á nuestro Venerable de un entendimiento agu- dísimo , angélico, Lo dotó de una memo- ria tan tenáz, que quanto una vez oía, lefa, ó entendía jamás lu olvidaba. Lo dotó de una comprehencion bastísima , prontísima, ubiversal ; y de todos estos-dones tan pre- closos nos dió mil veces prucbas las mas cla: rás. 5in embargo por lo que con tanto pas- mo y admiracion aún de los hombres mas sabios, se le oyó en la Cátedra de la ver- dad y fucra de ella, y ciertamente sin el correspondiente estudio, por no serle posiz bic eu sus continuadas, y Apostolicas tareas, no