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(18) quales nuestra piedad no teme colocarle. Tomó mi santo Hábito en Sevilla de ea- torce años, siete meses y doce dias, y des- de luego dió este agraciado jóven señales y muestras nada equivocas de que junto con el Hábito exterior se habia renovado y vesti- su interior de aquel nuevo hombre, que en doctrina del Apostol San Pablo , es todo justicia y santidad de verdad %. Tal pareció nuestro Fr. Diego de Novicio , de Corista y sobre todo de Estudiante teólogo , quan- do 4 los veinte y tres años de su: edad con dispensa se ordenó de Sacerdote. Recibió el Siervo de Dios este orden sagrado,-en las mismas ordenes que yo' las menores en la Ciudad de Carmona ; y ved aquí, que ape- mas Se considera elevado á tan sublime ca- racter, le veo sollozar, gemir, derarmar co- piosas lágrimas , y que del todo iumutado me dice: Fr. Antonino, ya soy Sacerdote; y aquí elevando sus ojos al Cielo , ¡ que dig- nidad! ¡que dignidad! repetia todo transpor- tado y bañado ensus lágrimas , efecto. pro- digioso del poder de la gracia , que dulce 'y eficazmente obraba en su bendita alma, ¡ Pero (1) Ad Epbes. €. 4- sb AAA y 225 e Art, 2 li