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EN 4 23 ; 4 caso quatro veces diez mil mas, (*) que hemos visto caer 4 nuestra derecha ? Tu has desolado 4 nuestras populosas Ciuda- des , y has hecho que sus calles giman , viendose oprimidas con los montones de Cadaveres: tu has cubierto de luto.á inu- merables familias ; tu aspecto carnicero há conducido por todas partes la imagen del pavor, y el retrato del espanto : el éco de tus repetidos golpes ha consternado á toda la Nacion, y ha hecho estremecer á los robles de Basan : aun no se han enjugado nuestros ojos, ¿y tu saña desoladora ha renovado nuestro dolor ?:: esto es poco: ha hecho gemir tambien á la Religion. ¡Ay de mi! Ilustre , Sabio y Nobilisimo Audito- rio : yo tiemblo al acercarse el momento en que debo pro- nunciar el objeto de vuestra honrosa asistencia á estos dolo- rosos funerales : perdonadme, Señores, si entretengo el tiempo, como lo hacia San Bernardo, (1) quando parentaba las exé- quias de su carisimo Hermano Gerardo : permitidme , entre tanto que se vigoriza mi corazon desfallecido , con el senti- miento profundo , que ocasiona vuestra asistencia , y que por justo , igualmente llena de lagrimas á vuestros ojos , entre tanto , decia , dexadme me vuelva á la insaciable muerte, que tan orgullosa se halla , teniendo baxo su imperio la victima que lloramos, y le diga con San Basilio, (2) ¡ Oh imsolens sem- per, et semper inimica mors! Muerte:¡O muerte siempre te- meraria , atrevida , y por siempre enemiga ¡irreconciliable del Hombre ! ¿Qué has hecho ? bestia cruel: ¡Ó amargura extre- madamente amarga ! ¿Qué has hecho te reprocharé con San dernardo: ¡Oh bestia erudelis! Oh amaritudo amarissima; ¿Quid fecisti? (3)¿Con qué vida has acabado ? ¿Sobre qué cabeza has descargado el golpe de tu guadaña ? Qué ? Nó has tem- blado á el hacer una herida tan profunda y dolorosa á la vañigida Iglesia ? Tam miserabili Ecclesia, hoc dirum vulnus, non pepercit inferre? (4) Perosuspendamos zaherir á la muerte; de- a És a € AA AAA AAA (**) Se calcula aun en mayor número los que han perecido con el contagio, y se puede describir su furioso estrago con "elo que se lee en Eccequiel , cap. 11, y 22»

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