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EN 15 Y grande humildad ; gran virtud dice San Ambrosio, una hu- mildad en medio de los honores : magna virtus humilitas bono- rata : (34) Élla acalora su Espiritu , y con entusiasmo Poe= tico consagra su Musa en su abatimiento , sintiendo quede en los Pueblos cosa que recuerde su memoria : él concluye el Apostrofe que dirije á su retrato , diciendo: solo el ser de Pecador = te viene como pintado. En el Puerto de Santa Maria s2 sienta á la mesa en compañia de muchos Sacerdotes ; ape- nas toma un poco de caldo , se levanta para irse á su retiro, y se apropia aquellas palabras que un Evangelista (35) di= ce del traidor Discipulo: Quanto tomó el bocado , al instante se fué Judas : ¡Qué ocurrencia tan oportuna para manifestar el tmérito de los que quedaban, y el concepto en que á el debian tenerlo! ¡Quanta complacencia para el, si fuera , el que for- maba de si mismo ! Mas á su pesar, la virtud debe ser honra- da en la tierra, como en el Cielo el Justo remunerador /4 sorona , quanto el Hombre mortal noes capaz de comprebender, (36) Bien lo sabe el P. Cadiz ; él honra á la virtud , Y apre- cia á las Personas de mérito : pero quisiera, que todo el mun= do viera enél, lo que el mismo conoce 3 y quando todo el mundo lo venera por sus empresas Apóstolicas , el teme no ha- ber hecho sino obras merecedoras de una eterna reprobacion: el sabe que su reputacion le ha grangeado el aprecio de los Cardenales Lorenzana y Delgado ¿ que todos los Prelados de las Iglesias de España solicitan con un constante empeño, confiarle negocios importantes para la Religion ; el sabe que su nombre ha penetrado por: la Corte , y que unos Religio- sísimos Principes deseaban verle, oirle , y nolo vieron sin edificacion suya , sin admiracion de los expectadores , y sin confusion de nuestro Insigne Misionero : la misma Roma se llena de placer ; sabiendo que en estos dias de calamidad pu- so el Señor en su Iglesia semejante Heroe 5 y Pio VI , el im- mortal Pio VI. le franquea extraordinarios privilegios para su consuelo , y por premio de sus Virtudes : consúliado ¿en fin, como 4 oraculo ; respetado como modélo de Santidad, solo el P. Cadiz es el único que advierte en su Persona , un mor- tal indigno de vivir sobre la tierra, d Ha-

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