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~ venirnos, i!s una péna un{versal, efecto efe un pe.. cado comun, y que a todos compreende. J esucris– to , aunque pudo , no quiso redimimos, o eximir"'" nos de esta pena , no menos justa , que por no– sotros merecida , y ved aqui otra razon de sn ab– soluta infalibilidad; porque si este nuestro D ivino-hu– manado Hel·mano 110 nos ha redimido de ella, ¿ quién seri cap:iz de hacerlo? ¿ Fraler 110 ,i r.:dimit, redit1w1 bomo? A$i lo leyó , y explica el P. S. Agus– tin. (a) Y por esto sucede, que perdonandosenos en el Bautismo plenamente el pecado origi11al , origen de tanto daño , no obstante no quedamos libres de las fatales conseqüencias de aquella culpa. ¡ O pro– fundidad de los divinos juicios! ¡Es p osible qne se nos ha de perdonar el pecado, causa de nuestra muerte, y ésta que es efecto s\lyo no se nos dis.. pense ! Mas esto es asi , dice, cou el grau P adre s. Aoustin, el Padre S. Julian, Arzobispo de T o led o , yá para exercicio de nuestra fé , y yá para que lo– gre nuestra esperanza el término a que aspira d~ iu eterna felicidad. (b) En :w·ncion á e,to , ) ,i no cstr... tí:ireis os di.. ga con el P. S. Agustio, que nuestra mortalidad es en no~otros una segunda nanraleza ; (e) y qne ella debe servirnos para humillarnos, (d) y mucho mas para qne co.1ducidos de un sabd1ble temo r no; . , p :eparem?~ con uempo para recibir su golpe con la tranqu1hd.1d que e l justo , el q ·tal en aq ·1<:lla ul. ti- -- h. , Ps:.I 48 S.S. Au~- 1<:.. <r. 1 . num.8. ~ S. Ju jrn. Arc1, ~p. •~·olct. \>,ognu.ticon futu1i Saeculi.lib. ,. D •iai11C hlHlll03C m~ms. c~p.9. . e 01 v"·, . t,,dice un1v.::1$,\'crbr, Mors. :'.'.Tortll tJs. e 1.ic 111 l) . ¿ s. August. Ser. 97· e vciln~ l::vang. Alias 'l l, ne verb. Dmñi. cap. 'l,

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