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fO - 'Adonibeccc , (a) un Sedecías, (b) y un Menelao (e) por st1s :llloces culpas ; y yá la horrible descspe– racion con q ue otros se dan a ~í propios la muerte, un Saúl , y su E scudero con su propia espada, ( d) un Aquitófel, (e) y un J udas con un lazo, (j) y los Soldados del Capitan T imotco , que atcmoúza– dos del Exército de Ju das Macabeo , se hirieron de muerte los unos a los otros. (g) Tod05 ignoramos de qual de estos modos sucederá la nuestra, si des– p acio , 6 de improviso , si natural , 6 violenta, de– sastrad~ , 6 con quietud. Si morirémos abrasados en foego gel Cielo por nuestros pecados como los Sodomitas , y los Soldados, que fueron a aprisio– nar al Santo Profeta Elías: (b) ó envenenados de alguna bibora , como los que murmuraron de Moi– .sés en el Desierto : (i) 6 a manos de algun An<rel vengador de las ofensas contra Dios , como los ciento ochenta y cinco mil del Exército del blas– femo Sennaqueríb. (k) No , no lo sabemos ; y por eso <levemos temer , y vivir solícitos de emplear -el tic>mpo en el fin para que se nos concede, pnes no hay duda pucd,: acont.:ccrnos igu:,l suc-rtc, que A los qnc nc.ib: 1mos de oir, Tema el jóven, tema el sano , tcrr•a el poderoso la incertidumbre del mo– do , y del ,¡uan?o de su mu, rte, porque no co– noce qual~s seran sobre él los juicios de Dios. u, 11 _ ta abies , q 1 ,,.<1 cccidit cedrns , quot1him m(lg,nifici 1 •as- 1ati s1mt. (/) Tt ma entre los .:·1',,:, les la h,!\ a \'ÍCn– do caer por tierra los mas robustos cedros del mon- te,

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