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. 65 temeraria inconsideracion ·ae los mortales r Se ha– llan muchos e n e l infinito numero de los necios, que en crédito de su esrnltisima necedad, ponen tan– to empeño en olvidar estas verdades , qne parece b;.n co1iseguido el privile.;io de no morir hasta que quieran ; y como si esto lo tuviesen en sn arbi– trio sej¡rlan plazos a su vida, y observan como n:~xirr.a inconcusa el vivir hasta los quarenta aiios de ella , tiin dados a todo lo sensual, que casi nin– guna racional operacion se conoce en ellos; ó poi: lo rr.enos nirg,un acto de virtud sobrenatural les m erece H\ r.tcncion ; y aue:iosos de lo deleitable vi– ven uoa vida tan del todo animal, que h acen es– pecial estudio de alexar a Dios de ~í , y de aban– donar S\l santa Ley, contra el divino precepto que á todos nos es dado de acordarnos , y tratar de servir á nuestro Criador , y Salvador, desde los años de nt1estra puericia, y juventud , como tiempo mas á propmito para sen ir a Dios, que el de la ma– yor edad 1 en que los vic.-ios han echado mas hendas rai;¿es en el alma , y el peso de los ai1os ofone no pequeños ostáculos a la -virmd: Memw– to creatoris tui in diebus jwve11t11tis tuae , ant,q:,miJ 1:e11iat tcmp:1s af/.ictio11is, et appropi1Jq:1e1Jt atmi , di: qc.il- us dicas: No1i mibi placent. (a) ¿Puede darce JT :.i, e r e~tl !tic ia ? 1 1\ o ferá was q1 e inscm t.>, el qt.e incierto siempre del qu:inclo dt> su muerte , so attf·\ e a 1;ei:alar á su vida ¿.quellos pbzos, pnra l o rersar é.J.tfS en lo que t3ntO nos ]•r porta, y en el alto fin Fra qce fLt criado?,¡ Ah, i1,fülices 1 ¿Q••·t11 !'.OÍS VOS<..lIOS para que :.si tenteis a D ios , '/ ~PlÍa- I leis a l.tcle., :i.,.