BCCSEV000XVIII-c-1369-090000
~4 nón , y vive el Corintió intestuoso, aún siendo tan execrable sus delitos. (a) La gula sofoca a muchos Israelitas en el desierto , quando aún tenian el bo– cado en la bota; (b) y con ser mayor la de nues– tros primeros P adres e1\ el P~raiso, no experimen– tan esta fatalidad. El Rico Avariento perece en la actualidad de su avaricia; (e) y aunque es mucho mas enorme la del Rei Acab, 110 se vi6 en él igual desastre. (d) ¿ Qué dirémos de esto, hermanos mio, ? a Imaginaremos que Dios es injusto , quan– do asi procede en castigar a unos, y t olerar a otros? ¿Numq11id iniq11t1.r est Deiis, qui infert iram ? ¿ Será algnno tan necio, que piense de este modo? S eczm– dum bomi11cm dico: i Ah! no lo permita el Sciíor; lexos de nosotros semejante iniquidad : Absit , por– que eso ,eria disputarle á Dios su poder : ¿ alioq11in LJUOmodo judicabit Deus bunc rmmdum? (e) quando de– b emos estar persuadidos, que la gravedad de nuestras culpas acredita su justicia en castigarnos: I niquitas nostra justitiam Dei commen.dat. (f) No , Señores, no está el defecto en la divina Magestad , cuyos juicios son rcctisimos; lo esta si en nosotros, que por la of..ins.:i , que le hacemos, somos acreedores a este, y a otros males, que por ellos nos suceden. Motivo por el qnal es justo qnc vivamos temero– sos , y que este temor refrene nuestra liviandad . , y contenga nuestras pasiones , no sea que como a otrns desventur3dos nos llegue el qllando de nues– tra muerte en el acto mi~mo de pecar. Mas ¡ ó desatinada locura de los hombres! ¡6 te-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz