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u.o te por el de su santa ley ; (u) y de aqui aquel cuidado ~e no macular su espiritu con la culpa, Y de expiar con la interior penitencia , las que hu– viese coino hombre cometido ; (b) no menos que :su atencion a ocuparse en aquellas buenas obras, que podian para con Dios j11stificarle : yo me per– suado podria decir con el penitente David, qne es– tos saludables frutos le resultaban de la meditacio11 de sus inefables testimonios, y de sus eternas ver... dades ~ Servus tims e:,;ercebatttr in jus tificatio11ib11s Nis. Nam et testimonia tua meditati0 mea est. (e) ¡O efectos admirables de la oracion mental! mal conocí• dos, y menos experimentados de los que no freqüen– tan este tan importante exercicio. De su devocion, y dem:tS actos, ó virtndcs subalternas a la religio11 os informará suficientemente su piedad. Es la Thensebia, que asi tomandolo de el Griego nombra el P. S. Agustín a la piedad, (rl) mta virtud qne nos enseña dar primeramente a Dios el honor, y culto que por la excelencia de Padre universal, y por sn potestad snpre– ma sobre codo~ le es debido; y en segundo lugar á toJos aqncl!os a quienes por su grodLrnci.:>n, connota– do, 6 parentesco cou 11osotros le corresponde. (e) De iu piedad coa Dios son signos demostrativos el t"eligioso temor, devota compostura, y edificativa n1odestia c-0n que estaba e n los Templos, asistia al tremendo Sacrificio d~ la Misa, y permanecía en la adorable presencia del Augusto Santisimo Sa..:ra, rnehtO del Altar. Yo sé que ella le obligaba a em– plear una parte considerable de sus rentas en el a.. dor- " Ibídv. 2 9. b Psal.76.7. e [>sa(.tt8,'l3. « Vi.!.: S.Antonio.Sum.Thgbc.pte.4.t1t.5.c3p. 7 .§. 1. ~ S.Thot11.'!.-1.q11aest. 1-0 1.art. " = S. Anoniu◄ub.sup.cip. 9•