BCCSAL000549-A-09000000000000

SUAMON SOBRE LA SABIDURIA Y SANTIDAD DE JESUCRISTO. —«— Si veritatem dico vobis, quare non creditis mihi? Joan, 8. Quisiera, amados cristianos mios, no engañarme, Apelé á la ra. zon de los filósofos instruidos en el fin de mi pasado discurso; y como la verdad es tan bella y luminosa, pienso que la habrán reci- bido en su entendimiento al verla con toda claridad, mostrándoles la autenticidad, la verdad y divinidad de los libros del Evangelio: Lastimosa cosa seria que el error pudiese alucinar con sus aparen- tes y falsos resplandores , y que la pura y brillante luz de la vér- dad no pudiese deshacer sus engaños perjudiciales. Dad gloria á Dios, carísimos hijos mios, y bendecid su santo nombre , porque vosotros estais bien persuadidos de la verdad y santidad del Evan- gelio que os anunciamos; por lo que os complaceis, sabiendo que el error domina cuando no se le combate, y mientras que las pa- siones le dejan tranquilo el cetro del entendimiento, que ellas mis- mas le formaron , despues de tiranizar el corazon. Pero cuando lá verdad aparece, disipa los vapores del engaño. como el 'sol las t¡- nieblas de la noche; y el que no'se obstina en cerrar los ojos de su alma, no puede dejar de ver con agrado la héermosurá de su purí- simo esplendor. 1d recorriendo los siglos desde la cuna del eristia- nismo, y hallareis ejemplos asombrosos de esta verdad. Los Nicol laitas, los Marciones, los Pelagios, los Arrios, los Nestorios “y otra multitad grande de Meresiarcas pretendieron con estudiados manejos, con astucias delicadamente combinadas y dirijidas, con especiosos y falaces razonamientos, y con amenazas y violencias declaradas, establecerse en el gremio de la Iglesia, y por altos e incomprensibles juicios del Señor la turbaron por algunos tiempos,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz