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SOBRE EL GENIO. 457 quilidad indolencia, su vigilancia desconfianza, su ¡indiferencia menosprecio, su modestia y compostura altancría y presunción: Juzgad con mas equidad del génio de vuestros prójimos , hijos de los hombres : Recta judicate filii hominum. Qué apartados vivimos, Señor, de vuestros juicios, que todos son rectos y verdaderos ! Qué dictámenes tan contrarios! y qué distantes nos hallamos de seguir vuestras pisadas y de imitar vuestros ejemplos ! Qué confusion para nosotros.ver á Dios humanado , la suma inocencia, la suma benefi= cencia, la suma caridad para con los hombres: verle, digo, inju= riado, escarnecido, abofeteado, públicamente azotado y clavado en una cruz; y que en vez de juzgar á todos sus enemigos, se hace abogado de ellos para con su Eterno Padre , á quien desde la cruz clama y le dice: (4) Padre, perdonadlos, porque no saben lo que hacen. Oh modelo santísimo! oh ejemplar perfectísimo , para no juzgar injustamente el génio de nuestros prójimos! No saben, Pa- dre mio, lo que hacen. Ellos jamás me crucificarian si supieran que soy su Dios, si creyeran que soy su verdadero Mesías, si estuvie- ran persuadidos que soy su mismo Redentor. Me tienen por un blas. femo, me creen un revolvedor de los pueblos, y me imputan otros delitos; por eso me crucifican; y sin saber lo que hacen, eumplen los vaticinios de los profetas, llenan mis designios eternos y con= curren á vuestras soberanas disposiciones. Perdonadlos,, Padre porque no saben lo que se hacen. Esto sí que es, amados mios juzgar con equidad el génio de nuestros prójimos : mas para esto se necesita una earidad universal para manejarlos; y esta es cabal - mente la que á vosotros os falta. Il. Repres entad en vuestro espíritu los primeros dias del eris- tianismo, y advertid entre la multitud de los creyentes una paz suma, una tranquilidad inal terable : la division nose conocia, la discordia ni aun se nombraba : el Evangelista San Lucas no teme decir, como una cosa pública á Lodo el mundo, que toda aquella prodigiosa multitud de fieles parece no tenia mas que un corazon y unalma: Multitudinis autem credentium erat cor unum , et.anim á una. (2) Pues qué, no habia entre tanta diversidad de naciones, de estados, edades , empleos, sexos y condiciones, génios dife- rentes , génios opuestos? Habíalos sin duda alguna; pero el amor (1) Pater; dimitte úllis: non enim seiunt quid faciunt (S. Lue. e. XXI, v. 34.) YD Act. Apost. ce. IV, v. 32.
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