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440 SOBRE LOS PELIGKOS huye de ellos , no les des oidos , apártate de su amistad.-(1) Esto dice vuestro Dios, estas son sus palabras veraces é infalibles. A qué fin, pues, hablarnos de Dios de esta manera, si no hubiera peligro en la amistad con los malos y los viciosos? Pero suponed que estas no sean verdades de fé, á lo menos es preciso confesar en obsequio de la verdad , que ellas son unas verdades que la es- periencia de cada dia nos las evidencia. Cuántos viciosos hay en el mundo que no lo serian sino por la compañía de un vicioso que los llenó de corrupcion? Muchos mantendrian su inocencia sin ha- berse atrevido á romper la muralla de aquella santa vergienza, 6 de aquel virginal pudor con que los dotó el Señor , y horrorizados con el espantoso aspecto de los vicios hubieran siempre huido de ellos: si un mal hombre , si una mala mujer no los hubieran ar- rastrado á la perdicion , facilitándoles el vicio, y burlándose de su timidez con aquel aire maligno y desdeñoso con que la mujer del Santo Job insultaba 4 su marido: Aduc lu permanes in simplicitate tua? (2) En verdad que no creia era todavía tan inocente. Hablad niños, confesadlo jóvenes y doncellas, cuántos y cuántas de vos- otros fuerais todavía unos ángeles en la pureza, manteniendo vuestras almas y vuestros cuerpos con aquella inocencia con la que os dotó el Señor cuando entrasteis en el gremio del cristianis- mo por la puerta del sacrosanto bautismo, si aquel niño vicioso, si aquella doncella sin honor , si aquel otro jóven libertino no os hubiera enseñado á pecar con sus palabras indecentes , con sus acciones impuras, ó conduciéndoos á los bailes, á los teatros, á las romerías ó á otras funciones profanas , donde oísteis ó esperi- mentásteis la causa de vuestra ruina, ó el orígen de todo vuestro daño espiritual? Y despues cuántas confesiones sacrilegas! Cuán- tas comuniones indignas! Cuántos años de una vida perdida , cuyo único fruto fué el pecado! Y todo por qué? Por aquella mala com- pañía que os precipitó en tanto abismo de culpas. Oh Dios eterno, y qué verdad esta tan digna de llorarse con lágrimas de sangre! Asi'es, carísimos hermanos mios , como se insinúa tambien en un corazon dulce y pacífico la brutal pasion de.la venganza: qué (dice un amigo vengativo) habeis recibido una afrenta , que las leyes del honor exijen se vengue con la sangre del que os injurió, (8) Fili mi , si te lactaverint peccatores, ne acquiescas vis. (Prov. e. 1, Y. 10.) (2) Job,c. H, v.9.
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