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SOBRE LoS PELIGROS 134 prójimo y tener amistad con él, observan la misma conducta, enta. blando amistades con sus semejantes, tratando y comerciando con ellos , socorriéndose en sus necesidades, comunicándose sus pen- samientos y ayudándose mútuamente en sus apuros: mantienen la verdadera paz en el mundo, y la armonía y tranquilidad cris- tiana entre las gentes: Dilige proximum , et conjugere fide cum illo. De suerte, que mientras la amistad verdadera se conserva, todo el mundo goza de una quietud apreciable, y apenas la amistad se pierde, cuando todo se trastorna , todo se confunde y todo se des- ordena. Mirad qué instruccion tan importante, y aun absoluta- ménte necesaria, está pidiendo este asunto, para saber la buena eleccion que debe hacerse de los amigos, las obligaciones recípro- cas que exije la amistad , los defectos que pueden mezclarse en ella y las ventajas que de la amistad nos resultan. Creedme, decia San Agustin : de la buena ó mala eleccion de los amigos resulta la con- denacion ó salvacion de las almas. Verdad terrible! pero verdad lastimosamente ignorada de. vosotros. Pues, oyentes mios, para que la ignorancia de tina cosa tan necesaria no osarrastre á la eler- na perdicion, vengo esta tarde á deciros que en las amistades hay peligros y hay obligaciones. Debeis, si quereis salvaros, evitar los peligros de la amistad , y cumplir las obligaciones que os impone la amistad. Entended bien estas palabras: ellas encierran un fondo inmenso de doctrina, y comprenden todo mi asunto. Para evitar los peligros de la amistad , debeis saber las calidades que un amigo debe tener, y buscar en sus amigos: esto demostraré enla primera parte. Para cumplir las. obligaciones de la amistad, debeis saber cuáles sean la de un cristiano para con sus amigos; y esto propon- dré en la segunda parte. En una palabra, vengo como ministro de Jesucristo á enseñar cómo se evitan los. escollos de la amistad, y cómo se cumplen sus obligaciones. Dulcisimo Jesus, y amabilísimo Maestro de las almas , enseñad” me Señor, con vuestra celestial doctrina á discurrir sobre, un asunto , que arrastra todos los dias tantas almas al infierno, Sí, Dios mio: patente es á vuestros divinos ojos.cuántas almas inocen- tes se estraviaron, del camino de la. rectitud y; justicia , por no. ha- ber evitado los escollos y peligros que hallaron en las amistades que contrajeron. Vos lo sabeis todo; y no.se os oculta cuántos se han perdido por no cumplir las obligaciones de la verdadera amistad. Derramad sobre, mi corazon y los de mis oyentes vuestras gracias eficaces. pira que todos cumplamos con nuestras obligaciones. Asi So
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