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378 SOBRE LA RESURRECCION á azotes y vertiendo sangre, como en casa de Pilatos: no coronado de espinas, y abrumado con el enorme peso de la cruz , como en la calle de la Amargura: no crucificado y espirando entre dos ladro- nes, hecho el oprobio de los hombres y el desprecio del pueblo, como en el monte Calvario, sino libre de todos los tormentos, exen- to de todas las ignominias de su pasion y muerte, y con un cuerpo vivo, resucitado y glorioso, mas brillante que el sol, mas ligero que el pensamiento, mas invulnerable que los bronces , mas sútil y hermoso que la luz: Et gloriam vidi resurgentis. (4) Mi alma lena de gozo ha visto que mi Hijo con su Resurreccion gloriosa repara el escándalo de la cruz : congrega sus discípulos tímidos y fugitivos, desconcierta los artificios de sus enemigos, confunde el poder del mundo y del infierno, y hace resplandecer maravillosamente por un prodigio nunca visto ni oido en todos los siglos , su poder y su divinidad. La alegria ha sucedido á la tristeza, la gloria al vilipendio y ultraje, y la vida á la muerte. Despues de un sangriento comba- le, aqui teneis la victoria mas ilustre: despues de una derrota, al parecer la mas vergonzosa, aqui teneis el mas dulce, el mayor y mas glorioso de todos los triunfos; Et gloriam vidi resurgentis. Mi corazon , 6 amado Hijo mio, no ha esperimentado quien le moleste desde el momento que dormiste en el sepulcro; antes ha visto con placer tan ilustres victorias en los senos mas oscuros de la tierra: el infierno se ha turbado y llenado de vapor al acercarse tu alma al limbo de los padres antiguos que esperaban tu venida : tú Hijo mio, rompiste sus puertas de bronce, despedazastes sus candados de hierro, y humillaste á los soberbios espíritus de las tinieblas eter- nas, que por tantos siglos habian dominado sobre la tierra. (2) Ya lum cum pertransissem, in veni quem diligit anima. (In Cantic. Canti- cor..c. 1. v. 2et 4.) (1) San Ambrosio y San Vicente Ferrer dicen con terminantes pa- labras, que la primera aparicion de Jesus resucitado fué á su purísima Madre María Santísima, En muchos pueblos para sostener esta opinion, que parece muy piadosa y muy justa, acostumbran hacer una proce- sion muy temprano el domingo de Pascua con la imágen de la Vírgen» que vá por una calle, y llevan por otra la imágen de Jesus resucitado, y se encuentran ambas procesiones para significar este misterio. A esto dicen referencia las palabras de arriba. (2) Ex quo dormisti, non ascendet qui succidat nos. Infernus sub- ler conturbatus est in occursum advenlut tui... Gloriosos terre, hu- miliabo: portas ereas conteram , et vectes ferreos confringam. (Isai. C.XIV, v. 8 et 9. ld. prof. e. XLV, y. 2.)
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