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DEL MANDATO. 307 un pueblo de pecadores, y una habitacion de ingratos. Volveos al cielo que allí teneis criaturas fieles que os conocen, os aman , obe- decen, honran y veneran : aquí en la tierra encontrareis magistra- dos que injustamente os condenen , discípulos que es abandonen, os nieguen y vendan, verdugos que os azoten, y soldados que os erucifiquen. Volveos al cielo, y gozad en él vuestra paz eterna, vuestra alegría verdadera; vuestra ciencia infinita, y vuestra san- tidad inmensa. Gozad enhorabuena con vuestro Eterno Padre y con el Espíritu Santo en unidad de la divina Esencia y en Trinidad de personas , todo honor, culto, reverencia y gloria por los siglos de los siglos; pero permitid al aflijido corazon de este vil gusani- llo de la tierra que os represente. No digais que habeis amado á los hombres, y que los amais hasta en el fin. Porque amarnos y de- jarnos solos en los peligros: amarnos y ausentaros de nosotros, los que por todas partes nos vemos rodeados de enemigos que nos atribulan y aflijen : amarnos y desampararnos, no se compadece: Cum dilexisset suos qui-erant in mundo , in finem dilexit eos. Pero, oh investigables juicios del Omnipotente, y qué incom- prensibles son los caminos de vuestro amor! Qué nécia es la sabi- duría humana en pretender regular las divinas operaciones por las ideas, las inconstancias y los caprichos del humano corazon! Ama el hombre , pero por su propio interés : ama, pero sin firmeza, in” tencion ni perseverancia: ama hoy lo que ayer aborrecia , aborre- ce hoy lo que ayer amaba. El tiempo disminuye sus afectos, la ausencia los entibia, la falta de correspondencia los debilita, y la muerte enteramente los acaba. Demos gloria al Señor y consolémo. nos en él, al considerar infinitamente distantes de su divina Majes- tad todas estas imperfecciones. Él nos ama; pero por pura benefi- cencia, por pura caridad y benevolencia : Propter nimiam charitatem suam qua dilexit nos. (1) Nos ama, pero constantemente, perpétua- mente , sin el menor intervalo, ni la mas pequeña interrupcion. Charitale perpetua dilexi te. (2) Antes de criar el mundo nos ama- ba, despues de haberle criado nos amaba ,' cuando descendió del cielo á la tierra para redimirnos, nos amaba; y ahora que: vuelve desde la tierra al cielo, tambien nos manifiestasu amor: Cum dilexis- sel suos qui erant in mundo, in finem dilexit eos. Es verdad que se au- senta de nosotros, pero sin dejarnos: se vuelve á su Eterno Padre (1) Epistol. Pauli ad Ephes. c. TH, y. 4. (2) Jerem.c. XXXI, v. 3.
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