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Y CONVERSION DE SAN PEDRO. 291 rimentar el precipicio? Reflexionad, señores, que Jesus es vuestro sol, vuestro médico, vuestra luz y vuestro camino: no os engañeis á vosotros mismos : dad gloria á Dios, y confesad ingénuamente la verdad, cómo le andais? Cómo le recibís? Cómo le apreciais y seguis? Válgame Dios! Sin espíritu, sin fervor, sin aliento, allá á lo lejos como Pedro: Seguebatur a longe. Si la oracion os cansa: si la mortiticacion os fastidia: si la frecuente comunion no os dgra- da . si huis del retiro, si despreciais la humildad , la modestia, la mansedumbre y la virtuosa ocupacion: si os agradan los placeres del mundo, si os disgusta la severidad del Evangelio, decidme, cómo no será todo esto caminar como San Pedro á la segunda ne- gacion, por seguir á lo lejos á Jesucristo? Seguebatur eum a longe. No se terminaron aquí las desgracias de San Pedro. Todavía dió otro paso mas hácia su ruina, y á la verdad fué un paso muy funesto el entrarse voluntariamente en el peligro. Considerad , de- cia San Pascasio , el lugar en que niega á Jesucristo, y adverti- reis que no fué en su casa, ni en el templo, ni en el monte :, Sed in domo Principis Sacerdotum. Niega Pedro á Jesucristo en el pa= lacio. Le niega donde tienen aprisionado á Jesus : Ubi Christus hi—- gatus est. Le niega donde los criados tienen poder; Ubi.eum intro- duxit ancilla ostiaria. Le niega donde la inocencia se conserva con mucha dificultad: Ubi inocentia difficile servalur. Entró Pedro en el pais de la simulacion, en la tierra de la envidia, en el centro del espíritu de partido, en la escuela de las intrigas, en la region del engaño, en el lugar de la ambicion, y en la casa de las aparien- cias, de los temores y las esperanzas. Allí entró San Pedro sin necesidad, sin ser llamado, y solo conducido de un espíritu de cu- riosidad por saber en qué paraba aquel asunto: Ut videret finem. Ay Dios! Cómo entre tantos peligros no habia de perecer San Pedro! Pues añadid , si os parece, á lo peligroso del lugar lo dañoso de las malas compañías. San Pedro se acercó al fuego en que se estaban calentando, porque era invierno , como lo dice el Evan- gelio, varios criados y ministros del pontífice Caifás: gente de mala crianza, de palabras agrestes é inmodestas y de costumbres desordenadas. Disimulaba Pedro, dice San Cirilo, (4) hablaba de lo mismo que ellos hablaban , y hacia lo que hacian, para que de esta suerte no repararan en él, y le tuvieran por uno de la casa (1) $. Ciril. Alexandrin. lib. XI, in Joan,
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