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S2RMONS SOBRE LA NECESIDAD DE UNA RELIGION REVELADA. — AT Videte , fratres , ne forte sit in ali- quo vestrum cor malum increduli- tatis. (Hebr. 3: 12.) Colocado yo en este vasto universo , como un átomo impercep- tible , que se abisma en la inmensidad, ó como una sombra que desaparece delante de quien la mira, no sé de dónde vengo, ni á donde voy. Pregunto á los que me rodean, y unos hombres sin probidad me dicen: todo tú vienes de la nada, y todo tú en breves dias serás nada. Pregunto á otros, en su esterior moderados, en sus costumbres virtuosos, y en sus obligaciones exactos, y me responden: tu alma es inmortal, ella sobrevive á la muerte y COr= rupcion de tu cuerpo, y debe comparecer ante un juez eterno, pa- ra ser premiada ó castigada segun sus virtudes ó desórdenes. Lle- no de pabor y espanto al mirarse sumerjido en esta terrible per- plejidad, á qué partido debo resolverme? Puede haber asunto para mí mas interesante? Luz increada, cuya existencia demostré ayer á mis amados oyenten, ¡iluminadme, para salir con felicidad de las tinieblas que me rodean. Es verdad que hay una religion? Cuál de tantas como ha visto el mundo es la verdadera? Nada hay mas importante, mas útil, mas necesario que la averiguación de esta verdad. No es simplemente un piadoso movimiento de mi celo: no es una vana y escrupulosa delicadeza de mi conciencia : es el in- lerés mayor que puede presentárseme en todos los asuntos de la vida, el que me convida á instruirme en esta verdad. Que yo pier- da mi empleo, mi hacienda , mis amigos, mi salud, mi libertad: que me vea perseguido , pobre , encarcelado ó enfermo ; todo esto es de corta duracion, todo es transitorio, y casi momentáneo; pero si hay una verdadera religion, que ofrece un premio eterno á la virtud , y un castigo eterno al pecado, y yono la sigo , ni vivo se- gun sus leyes , mi desgracia será irrevocable por todos los siglos. mn —— EN a