BCCSAL000549-A-09000000000000

Y DEL PECADOR. 257 robado las riquezas, desnudado de las galas, despoj ado de nues- tros empleos, y separado de nuestros plac eres, y de nuestros ami- gos y parientes? Tan desnudos como salimos del vientre de nues- tras madres, hemos de entrar en las e ntrañas de la tierra? Ay muerte! Y qué amarga es tu memoria para los que tienen su co” razón en las cosas transitorias! Siccine separat amara mors? Asi se lamentan los pecadores, pero no es este el cántico de los justos- Estas almas preciosas saben que el mundo es una region de tinie- blás, un camino sembrado de escollos y precipicios, y un lugar de tristesinquietudes y tormentos: saben que hay peligros en el mar y peligros en la tierra: peligros en la soledad y peligros en la compañía: peligros en la abundancia y peligros en la indigencia y la' penuria : saben que deben caminar por este mundo peligroso como un peregrino que va de viaje á su patria; y que sin embar_ go de no poner su corazon en los objetos que al paso se le presen. tan , ni detenerse voluntariamente á gozar de ellos, sino que aspi- ra incesantemente al término á que camina, le salen al encuentro los enemigos de su alma para estraviarle y perderle con el halago de” las pasiones, con el fausto de las riquezas, y el resplandor de las dignidades. En esta situacion triste clama el alma virtuosa, y dice á su Señor y su Dios: Quid mihi est ín ewlo, el. ad te quid vo” lui super terram? Deus cordis mei et pars mea Deus in eternum, Qué tengo yo que apelecer sobre la tierra? Nada. Qué debo yo esperar en el cielo sino la vista y posesion del-Dios de mi corazon que hará mi gloria eternamente? Ay! Por el suspiro, y á él enca- mino todos mis deseos. Conozco que todos los placeres del mundo están emponzoñados: veo que las riquezas son espinas que punzan al adquirirlas, punzan al conservarlas y punzan al espenderlas: esperimento que los grandes empleos son grandes cargos que abru- man con su enorme peso al que trata de desempeñar sus pesadas obligaciones: comprendo que cuanto se apelece en el mundo, es todo vanidad y afliccion de espíritu: vuele pues mi alma cuanto antes al descanso eterno : entre sin dilación en el gozo de su Señor; pero ay! Cuánto se dilata esta esperanza ! Cuánto se prolonga esto destierro! Cuánto permanece mi alma en la cárcel de mi cuerpo| Educ de custodia animam meam ad confitendum nomini tuo. Cuándo te veré mi Dios? Cuándo se romperán las cadenas que me impide n tan grande felicidad? Triste de mi, cuánto me aflije esta esperanza que tanto se dilata! Ehu mihi quiía incolatus meus prolongatus est) No veis, carísimos, cómo los justos nada sienten la separacion v7

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz