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SOBRE LA ETERNIDAD. 195 ta, dice San Juan Crisóstomo, el argumento de los gentiles contra los cristianos: ó sois locos, les decian, ó sois mentirosos. Exprobra- bant gentiles , aut mendaces, aut stultos esse christianos. Sois men- tirosos sino creeis lo que decís; ó sois locos, si creyendo una eter= nidad de tormentos con que Dios castiga el pecado , le cometeissin embargo con la mayor frescura y atrevimiento. Si creyerais al Evangelio y á las demas Divinas Escrituras, en que tantas veces nos dice Dios, que hay una vida eterna para los buenos, y unos supli- cios eternos para los malos, cómo ha bíais de correr tantos por los vicios, por los desórdenes y los pecados, y tan pocos por el ca- mino de la virtud? Creen los ambiciosos que los empleos eminen- tes, los grandes cargos están llenos de grandes peligros para la salvacion, por sus muchas y delicadas obligaciones , y la espanto- sa responsabilidad de los que los obtienen ? Creen esto y los pre- tenden sin verdaderos méritos , con una solicitud importuna , con una inquietud perpetua, y con unas injusticias manifiestas y pa- tentes, por los agravios que hacen á los mas beneméritos, á los mas útiles y proporcionados para aquellas diguidades; pecando al mismo tiempo contra Dios y contra la patria por los hombres ilus- tres de que la privan? Creen los avaros la existencia de una eler- nidad de tormentos para los injustos poseedores de la hacienda agena, para los que engañan á sus prójimos con trampas, fraudes y mentiras; ó les compran á menosprecio sus posesiones al mirar- los sumergidos en los apuros de la esterilidad , del hambre ó de las enfermedades? Creen los deshonestos la verdad de un infierno elerno preparado por Dios para castigo de sus torpes pensamien- tos, de sus pecaminosas palabras y escandalosas obras ,tcon que manchan y corrompen el templo santo de Dios, que son sus cuer- pos y sus almas? Creen los ociosos la existencia de una gloria in- terminable que el Señor tiene reservada para los que le temen y aman: para los que violentan sus pasiones ,reprimen sus apetitos, trabajan por entrar por la puerta estrecha, y no descansan hasta pasar por ella? Crees tú, cristiano mio muy amado , que por abu- sar de los sacramentos te espera un eterno infierno, y callas tus pecados en la confesion? Faltas á las obligaciones del matrimonio, del clericato, del estado religioso, ó de tu empleo, y crees la eternidad? Sigues las pompas del mundo, los placeres criminales del mundo, los estilos y modas del mundo. y dices que tienes fé? Ay de tí! Esa será una fé lánguida, tibia, infructuosa y muerta: una fé de los tiempos, no de los Evangelios. como decia pro-