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DE JESUCRISTO. 99 santos? Ah! Tambian podeis serlo dejando vuestra incredulidad. La religion santa abre los brazos como el buen padre de familias para recibir al hijo pródigo, si abandonais como él el camino oscu— ro y tenebroso en que os precipitó vuestra incredulidad y abrís los ojos á la luz de la verdad. Qué piedad! Qué misericordia ! Esta religion , esta misma madre llena de bondad y de clemencia quie- re abrigarnos en su seno, y cubrirnos con su manto , si obedientes á su voz creeis sus verdades, temeis sus amenazas, esperais sus recompensas, obedeceis sus preceptos, recibís sus sacramentos y amais á su eterno fundador. Ella sabe perdonar las injurias que la habeis hecho, las blasfemias que habeis proferido , y los ultrajes con que la habis tratado, si os resolveis á recónocer vuestros erro. res, apartaros de vuestros estravíos y serla fieles en adelante. Que reis todavía navegar en ese mar borrascoso , lleno de incertidum- bres, sustos, pesares y tormentos y espuestos en cada ola á un naufragio eterno? No vale mas viajar por un camino breve, derecho y firme que conduce seguramente al fin para que Dios nos crió, que pasar de un sistema á otro, de una opinion á otra, de una ilu- sion á otra, de un engaño á otro, sin hallar descanso , paz ni segy- ridad en ninguno? No violenteis vuest ra razon , y nada hallareis en el convite que os hago , que no sea justo, bueno y santo. Os'con- vido con la paz, dejad la guerra: os convido con la seguridad, abandonad la incertidumbre : os convido con la gra cia, desterrad la culpa ; os convido con las laces de la fé, salid de las ti nieblas de la incredulidad : dejad la tierra , yo os convido con el cielo, en don- de deseo daros un abrazo eterno en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo , tres personas distintas y un solo Dios verda- dero, á quien sea dada toda honra y gloria por los siglos de los si- glos. Amen.