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rán. Todo esto se ha de observar lo mismo en el segundo y tercer nocturno. 180. Dichos el Pater noster, absoluciones y bendiciones, según costumbre, el Coro se senta- rá mientras las acólitas leen las lecciones del primero y segundo nocturno. A las lecciones del tercero se sientan después del texto del Evange- lio cuando dice la Hebdomadaria, Ef reliqua. 181. Los títulos de las lecciones v. g. De Epts- tola B. Pauli Apostoli ad Romanos, Sermo S. Ber- nardi Abbatís, Lectio S. Evangelius secundum Joa- nem, El reliqua, Homilia S. Ambrosti Episcopt, etc., se leen en voz baja, pero clara é inteligible, mas las lecciones en voz alta. 182. Si se ha de decir el Te Deum, la Hebdo- madaria, al final de la nona lección, en voz al- gún tanto más alta, dice: Tu autem Dómine, etc., y contestado por el coro en la misma voz, Deo gratias, antes de retirarse de en medio, entona en voz más alta y grave el Te Deum, 183. Concluído el himno Te Deum ó el nono R)., la Hebdomadaria entona enseguida Laudes, cantando Deus in adjutorium, etc.; después de Alleluia ó Laus tibi Dómine, etc., las acólitas y el Coro, según costumbre, dicen, alternando, las antífonas y salmos. 184. Dicho por la Hebdomadaria el capítulo y por el Coro Deo gratias, se recita el himno, las dos acólitas dicen el v)., el Coro responde y en- seguida la primera acólita dirá la antífona de Benedictus, repitiéndola después. La oración dirá la Hebdomadaria mirando al altar, estando las demás vueltas entre sí y profundamente incli- nadas. 185. Si hay conmemoraciones, las antífonas las dirá la primera acólita sola, los versículos entre las dos, observando lo que ya se ha dicho en Cuanto á las inclinaciones. A las oraciones de las conmemoraciones el coro está derecho mirando al Altar, al nombre del Santo se inclina la cabeza y á la conclusión de la última oración

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