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in 151 — tas cosas, podría engendrar escrúpulos, des- aliento y admiración y hacer creer lícito lo que no lo es y viceversa. Guárdense las Maestras de todo celo indiscreto que exalta lo que ha abro- gado Ó cambiado con su veneranda autoridad la Santa Sede ó la Orden, y hace poco caso de lo que la misma Autoridad ordena óú declara vi- gente. 373. Procuren con diligencia infundir en sus novicias el espíritu de perfecta abnegación y só- lidas virtudes. Trabajen para que sean en ver- dad almas interiores, y para esto han de ins- truirlas muy bien en el modo de hacer oración, en el trato interior con Dios, aun: en medio de las ocupaciones; en los exámenes de conciencia, modo de confesarse y dar cuenta del espíritu al Padre Director, etc., etc. No les permitan des- cuido é impongan penitencia á las que no pasen bien los decenarios, según la antiquísima cos- tumbre de las hijas de N. M. Sta. Clara. Tengan mucha cuenta con la mortificación de los senti- dos especialmente ojos, oídos y lengua. Infúndanles la verdadera devoción á María Santísima y devociones franciscanes, el amor á la santa pobreza y simplicidad, á las glorias de la Orden y ventejas de la vida Capuchina. 374. Insistan las Maestras en el respeto que las novicias legas deben tener toda su vida á las Coristas, por destinarse á tan santo oficio, sa- biendo por experiencia que donde falta este res- peto abundan los defectos y se falsean las virtu- des. Y á las Coristas, enséñenles la humildad y gratitud hacia las que en la Orden, por sus mi- nisterios, les preparan el sustento. Además, fo- menten en ellas una grande veneración y obe- diencia á la Santa Sede y los Decretos de las Sagradas Congregaciones, cuyas diposiciones deben ser preferidas á toda humana sabiduría y consideración; por tanto, no enseñen, admitan ni toleren uso alguno contrario á los Decretos de la Santa Sede, ya en materia de ritos ó ceremo-