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—De Dios. —;{ Bravo! ;Muy bien contestado! ;Dios! Esa és la palabra. La primera y la ultima y siempre la misma. Si yo Os dijera que estos animales eran artificiales y habfan salido dé un taller confeccio- nados por habilisimos artistas, exclamariais Ilenos de admiracién: “Qué maravilla! ;Cémo han sabido imitar tan bien a Ja natura- leza! ¥, no obstante, lo que estals viendo es mil veces mas admi- rable. Estos son seres que fueron vivos, son los cantores de la ereacién. Hasta hace poco andaban derramados por e] mundo, animandolo con sus melod‘as, alegrandolo con su vista 0 espan- tandolo con sus rugidos. Aqui esta el ruisefior, musico de los bos- ques, el aguila altanera, que se cernia en el espacio a cineo mil metros de altura, la serpiente que se deslizaba por el arido ve~ fascal, el] pez que recorria los Oscuros abismos del mar, el lobo que lanzaba sus tristes aullidos durante la noche, y las aves de mil colores que hacian competencia a la luz con su plumaje. ;Glorifiquemos a Dios que ha creado tales obras de arte para admiracién 0 provecho del hombre! Y ahora podéis retiraros ya, y cuando volvais a vuestras casas (y Dios quiera que volvais todos sanos y salvos) entre las mu- chas cosas tragicas que habéis visto y podréis referir, podréis contar también que habéis contemplado una cosa curiosa, agra- dable y bonita, el Museo de Lecdroz. Y después de darme las gracias, amable lector, con frases vulgares pero Ilenas de entusiasmo, emprendieron aquellos bra- vos muchachos su retorno al Hospital, Ilevando entre si un ba- rullo de comentarios animados, que verdaderamente atronaba el corredor. No podia percibir yo distintamente lo que decian en su charla, pero si que of este didlogo de los dos que formaban la cola en aquella caravana. . —z Qué te ha palcido? —~% Qué ma de paicer? Remajisimo todo. —zSabes lo que te digo? —2Qué? ~—Que a la Cesaria le voy a escribir, pa que venga con ios ohicos a ver esto. —Lo mismo voy a hacer yo. A mi madre le voy a escribir que estos bichos! Si paice que estan vivos propiamente. — traiga a todos mis hermanos. ¥ ;pOco que van a gozar viendo —Toma... yo al entrar... asi, de pronto... hasta miedo ma dao, sObre todo al ver esa culebra tan disforme!l...