BCCPAM000R48-1-33000000000000
_i42 SC Coolorin Colorado Solamente son inmutables las cosas de Dios. Sirvamosle bien, porque servir a Dios es reinar. Luego saco y pongo en linea los “cuatro as€s”, y pienso asi: Ei “as” es, en casi todos los juegos, una de las principales cartas de la hbaraJja. En consonancia con esta primac’a, se dice también en el lenguaje comiun: e! “as de la ciencia”, el “as del dinero”, el “as cel toreo”, el “as de la pelota”, el “as del futbol, etc. Pero también eso es vanidad. Hasta la ciencia es vana, cuando no Ileva a Dios. Yo procuraré ser un “as”; pero sera el “as de la virtud y de la honradez”. Luego fijo la atencién en cuda uno de los “ases” en par- ticular. El “as de copas” me representa la copa voluminosa de do- lores que apuré Nuestro Sefior Jesucristo en el dia de su Pa- sion. Considero que mis pecados estaban también alli. Me duelo de ellos, y hago el firme propésito de no aumentar su numero, afligiendo mas a Nuestro Sefior. El “as de bastos” es para mi como un simbolo de esos ca- racterés rudos, ésperos y dificiles, a los cuales hay que sopor- tar en el trato social, y a veces en el seno de la misma fa- milla. El “as de espadas” me recuerda a la muerte, que como la espada de Damocles, tenemos siempre pendiente sobre nues- tras cabezas, amenazando cortar el hilo de nuestra existencia. También me hace pensar en la “espada de la mortificaci-in” que debemos esgrimir sin piedad contra nosotros mismos, acor- dandonos ce aquellas palabras de Jesucristo: “Si tu mano o tu pie te sirven de escandalo, cértatelos, porque mas vale en- - trar cojo o manco en el reino de los cielos, que ser arrojado, sano de todos tus miembros, en las Hamas del infierno”. El as de oro, tan brillante y tan he>moso, me representa la santa caridad, reina de todas las virtudes, y Ia (nica de !as tres teclogales que sube con el alma al cielo, y le acompafia alli por toda la eternidad. . Pido a Dios que me la conceda, porque el amoz de Dios y del préjimo vaien mas que todos los tesoros del mundo. Saco seguidamente los cuatro cabalios, los enfilo como. si los preparara para la carrera, y al verlos encabritades y en ectitud de galopar, me acuerdo de las pasiones humanas, cuan-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz