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_ 124 Colorin Colorado _ “—Hijos mios, no puede ser. ito hay arroz con leche! ;Nos lo han comido!” Y todo por culpa de éste, de éste que esta ahora pa morrse en esta cocina. Y luego dicen por ahi las gentes, cuando hablan de mi: “;qué bueno es el tio Roque! ;qué generoso! ;qué no- ble!” ;Si, noble, si! ;Buen pajaro estoy yo! Sigamos, Octavo Mandamiento: Pues aqui, echa mentiras, echa miles, echa millones, si quie- res, que aun sera poco: porque me paice que no hay hecho otra cosa que mentir en este mundo, Pa cuestién de perjudicar « nadie no, gsabes? pero, claro, como uno ha sido siempre el ajico de todas las salsas, te rodean, te hacen corro, y la emprenden contigo: “Vamos tio Roque, venga uno, ;pero de jos buenos!” Y¥Y empiezo yo: “Pues un dia, estando en Ia feria de Tefalla, me paré con un gitano...” Y resulta que no me pasé nada. “En otra ocasién, cuando es- taba en el servicio y hacia la guardia, se me acercé el capitan general, y me dijo...” Y no me dijo una palabra. Otras veces miento pa consolar a las personas, como cuan- do hace pocos dias me dijo la tia Baltasara, esa agiielica de mas de oOchenta afios: —jAy, tio Roque, qué guerra! qué guerra tan larga, qué larguisima. yCudndo se acabara? Esto no tiene fin. —Pero si esta ya pa terminarse, tia Baltasara—le contesté yo. —~De veras? — ¥ tanto! Mire usté, antes de ayer mesmamente, tuvieron sesién, y se puso Churchill de rodillas delante de Hitler y le dijo: gMe perdonas?, y entonces Hitler se puso también de rodillas delante de Churchill y le dijo también: Me perdonas tu a mi?, asi es que esto se acaba. ~—;Gracias a Dios!—contesté la tia Baltasara--. ;Asi bajara e€| azaite! Y se fué tan contenta, llevandose encima esa mentira mia, tan grande como una sabana de paja. En fin, que soy el hombre mas trolero que hay en Espafia. Ya me ha dicho muchas veces el confesor que las menti- ras, cuando no son pa hacerle mucho mal al préjimo, no pasan de pecados pequefios; pero son tantas las que echao yo, qué... no sé, no sé ;Me paice que me van a calentar! Pues ésta es mi vida y éstos son, poco mas 0 menos, mis pecaos. Claro que, como he dicho, confesadico ya lo tengo todo, y por la fruta, y demas cosas, que he robao, miles de