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por Pepito Keyes Y pal caso, asi lo haciamos, sin agarranos jamas. Pero zahora? ;Si da asco hombre...! Siempre que los veo bailar me da ganas de echales encima un cubo de agua hir- viendo. Porque con cada pareja se forma un mondongo, que paice que esta llamando a gritos a Satanas pa que venga, les clave el tenedor y se los tleve por los aires, en un solo viaje, a las calderas de Pedro Botero, Y con lo que les dice, sobre el caso, ese majisimo Obispo que tenemos ahora en Pamplona, unas veces de palabra y otras en papelées... “que si esto, que si el otro, que eso no esta bien, que no @s cristiano, que por Dios, que por la Virgen, que por los Santos que por vuestras aimas...” Y asi, siempre que se presenta Ocasién. gPuede hacer mas el hombre? Pues nada, j;como si callara! ;Elios a lo suyo! ;Indecentes! jEscandalosos! ;Tios sinvergiienzas...! En fin, ;no juremos! Adelante. Séeptimo Mandamiento: Pues en este mandamiento, desde que me casé, nada. No he quitao a nadie nada, ni lo aque monta un alfiler. Pero, de mocete ;Virgen Santisima! Yo creo que no caben en cinco canastas las peras, manzanas, higos y ciruelas que he robao yo. ¥ siempre de jefe de banda, que es lo pior. En cuanto veia una higuera, pinto el caso, con los higos boteros, ya estaba el aviso a los demas chicos. Ibamos todos, nos poniamos debajo la higuera, echa agua la boca; y si ellos no se atrevian a subir, yo les animaba y les decia: “;Hala con ella, que esta en su punto!” Y lo mismo de mozo. Después de escuro, el dia de fiesta, daba yo una vuelta por el pueblo, y si guipaba en cualque ventana alguna tartera de arroz con leche, iba con ei cvento a mi cuadrilla. Acudiamos todos mas que al trote, dejaébamos las guitarras Junto a la pa- red, haciamos, en un boleo, una torre de brazos y patas (yo de veleta, por supuesto), arramplabamos el cuenco, a la me- dia hora, ya estaba otra vez en su sitio, enterico y lavadico, pero sin leche ni arroz. Y a la mafiana siguiente, se acercarian a la madre los chi- cos de aquelia casa, con la cuchara en la mano y le dirian: “—Miadre, vamos a comer ya el arroz con leche, que estara mucho fesco y mucho bueno”. Y la madre les contestaria:

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