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ow | por Pepito Reyes 107 —jHoy va a arder Troya aqui! Entré Felipe en la casa de Dios, haciendo el mayor estré pito que pudo con sus dos palos y con el wnico zapato que llevaba; y, sin respeto a la santidad del lugar, ni a las dos © tres docenas de personas que se hallaban desparramadas por él rezando sus devociones, decia, vociferando, mientras se ade- lantaba hacia el medio del templo, donde pensaba detenerse: —jSan Antonio, San Antonio, San Antonio! ;Vete a ia igle- sia de San Antonio, y hazie Novenas a San Antonio, que la pierna te la curara San Antonio, porque hace muchos mila- gros San Antonio! Pardse entonces, agarré a un banco con la mano izquierda, arrojé con la mano derecha sus dos muletas contra el suelo, se dejé caer en el pavimento sobre la rodilia buena, descargé el contenido de sus alforjas, que result¢ ser “piedras de mas de media libra cada una”; y continuo de este modo mientras elegia una de ellas y ta colocaba en la honda que para eso sacé dei bolsillo de su chaleco: —zMilagros, tu? zgTu, milagros? Los milagros que haces tu, ;que me los claven a mi en la frente! Y afiadi6, después de brevisima pausa: —j;Pues, por vida de Satanas, ladrén! que si tu no haces milagros, yo voy a hacer en este instante uno de los buenos; porque la “pedregada” que va a caer ahora mismo sobre ti va a ser de las que no dejan segar! Dicho esto, se incorporé como pudo, bien pegado al banoo para NO caerse, puso su cuerpo un poco de medio lado, y con ja mirada bizea fija en la magnifica Imagen de San Antonio que ocupaba fa gran hornacina del altar mayor, €mpezé a dar vueltas vertiginosas a su honda, que zumbaba en el templo, haciendo el ruido de una ventolera. —,Horror! —exclamaron una porcién de personas, dandose entonces cuenta de todo, y abaianzandose hacia él: ~-jFelipe! zqué vas a hacer? ;Teme a Dios! Pero era ya tarde. Soné en la iglesia un estallido vibrante como de latigo de carretero, y cruzé rapidisima el espacio una piedra redonda, certeramente dirigida a la misma frente de la Imagen. Entonces sucedié alli una cosa estupenda. Y fué que ia escultura, con pasmo de todos los presentes,