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TITO ¡ Toma cuarenta monedas mías, y que se vayan! MARIA ¡Que allá en el Juicio Dios te lo pague y generoso te dé su gracia! JESUS ¡Salén!, un día verá mi muerte, cuando pasado treinta años havan, crucificado con dos ladrones, por los judíos en cruz nefanda: ¡y a mi derecha estará, Tito, para que al Cielo conmigo vaya! (Un gran estrépito de trompetas y caballos, como si un monarca pasara con su ejército. Los ladrones emprenden la fuga.) VI. La degollación de los Inocentes HERODES ¡ Cuerpo de Satanás ! ¡ Maldito sea! ¿Por qué me turban nuevas tan odiosas? ¿No soy Herodes? ¿Quién se atrevería a arrebatarme el cetro y la corona de rey de los judíos? (Aquí se pasea de arriba a abajo fulminando con su es- pada.) ¡ Bah ! ¡ Bebamos! De buena gana de Canaán, la copa (86) de fuerte vino, bebería; veng: de ese otro de Helbon, y que en buen hora (87) en la feria de Tiro lo adquiriese (88), y que en el vaso límpido borbota cual sangre, rojo; ardiente, como cl fuego... pues para un rey se destiló su aroma! (Bebe a tragos, fuertes copas de vino.) ¡ Ahora, al balcón !: me asomaré a la plaza